Enfermedades

4 enfermedades más comunes en la piel

La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y sirve como una barrera protectora que evita el ataque de agentes patógenos que intentan ingresar a los tejidos internos de nuestro organismo.

La piel además actúa como vía de comunicación con el medio que nos rodea debido a sus miles de terminaciones nerviosas que nos permiten sentir dolor, percibir texturas, presión y captar la temperatura del exterior. Por lo que es un órgano muy susceptible a padecer diferentes enfermedades, ya sea como consecuencia de infecciones virales o fúngicas, por factores ambientales y genéticos o por problemas inmunológicos.

Son muchos los tipos de enfermedades cutáneas que se pueden desarrollar en nuestro cuerpo. En este apartado daremos un repaso por 4 de las más comunes, pero antes tengamos en cuenta qué es la dermatología.

Dermatología

La piel en promedio tiene una extensión en adultos de 2 metros cuadrados y un peso de 5 kilogramos aproximadamente y se encuentra formada por tres capas, la epidermis, cuya función principal es evitar la entrada de patógenos y proteger al organismo de los rayos UVA, la dermis que se encarga de regular la temperatura corporal y reducir el impacto de los traumatismos y la hipodermis que almacena grasa y también regula la temperatura corporal.

Este órgano en conjunto tiene la capacidad de actuar como un escudo de protección que defiende a nuestro organismo de las posibles agresiones de agentes patógenos externos como bacterias, virus y demás. Sin embargo, tal capacidad protectora puede verse alterada y afectada por la exposición a los constantes ataques que recibe, así como las distintas situaciones del medio que pueden provocar que se desarrollen afecciones en ella. 

La disciplina que estudia, previene y trata las diversas patologías que afectan a la piel, además de ofrecer cuidados y mantenerla sana se llama dermatología. Esta rama de la medicina que se encarga del estudio de la piel, se centra en su estructura, propiedades y funcionalidad y en base a ello descubre las causas de las enfermedades y desarrolla tratamientos para combatir su origen.

Tales patologías que alteran el correcto funcionamiento de la piel pueden variar desde enfermedades cutáneas primarias, hasta enfermedades sistémicas, cuyos síntomas se manifiestan en la piel. Por lo general, la mayor parte de las enfermedades que se dan en este órgano no son graves. Aunque es importante señalar que pueden acarrear síntomas molestos que pueden incluso influir en el estado de ánimo del paciente, puesto que gran parte de ellas suelen ser visibles en el cuerpo.

4 principales enfermedades de la piel

A continuación, daremos un repaso por los 4 trastornos dermatológicos más comunes, acompañado de sus causas, síntomas y tratamientos asociados.

1. Psoriasis

Esta enfermedad dermatológica ocurre cuando el cuerpo comienza a producir células cutáneas en exceso, las cuales acaban acumulándose en la superficie de la piel, formando escamas y manchas rojas que pueden causar picor e incluso dolor.

La psoriasis no tiene cura como tal, lo que significa que se trata de un trastorno crónico. No obstante, existen tratamientos para aplacar los síntomas y evitar que las células cutáneas continúen creciendo de manera descontrolada. 

Los síntomas de esta enfermedad varían de persona a persona, pero por lo general se manifiestan con manchas rojas en la epidermis cubiertas con escamas, piel seca y agrietada, ardor picor y en algunos casos dolor, inflamación en las articulaciones, uñas más gruesas de lo normal y agrietadas.

Los brotes de psoriasis pueden durar semanas o meses y después disminuir, volviendo a aparecer al cabo del tiempo. Para controlar estos brotes, el paciente puede utilizar ungüentos (normalmente con corticosteroides) que se aplican en casos leves o sesiones de fototerapia que consiste en la radiación con luz ultravioleta. Mientras que en los casos en los que los tratamientos no causan efecto, se recomienda el uso de medicamentos sistémicos como los retinoides. 

2. Vitiligo

Se trata de una afección en la piel que se caracteriza por la pérdida de pigmentación en algunas zonas del cuerpo, dando paso a manchas blancas de tamaños variados que aparecen generalmente en las partes más expuestas al sol como brazos, cara, manos y pies. 

Las manchas suelen tener los bordes bien delimitados y en ocasiones estos presentan una apariencia más oscura. La enfermedad es generada como consecuencia de la destrucción o un funcionamiento incorrecto de los melanocitos, que corresponden a las células que producen melanina, es decir, el pigmento que determina el color del cabello y la piel.

Esta pérdida de melanina no es contagiosa ni supone problemas para la salud física ni la integridad de la piel. Aunque las zonas más expuestas y sensibles a la radiación solar podrían ser la excepción, presentando problemas como quemaduras solares o cáncer de piel. El vitíligo además suele conllevar la aparición temprana de canas, especialmente en el área de las manchas.

La causa de esta enfermedad dermatológica aún es desconocida. Sin embargo, muchas investigaciones señalan que el responsable puede ser la combinación entre el componente genético y el ambiental. Los tratamientos para equilibrar el tono de la piel consisten en la despigmentación de las zonas no afectadas, la activación de los melanocitos a través de la exposición a los rayos UVA, medicamentos con cremas con corticoides y cirugías.

El efecto de estos estudios puede devolver momentáneamente la pigmentación de la piel. Aunque no evita que la pérdida de color vuelva a generarse.

3. Acné

El acné es una de las enfermedades de la piel más comunes y la más conocida y por lo general aparece durante la etapa de adolescencia y adultez temprana, con una prevalencia del 80 % en personas con edades comprendidas entre los 11 y 30 años.

Se trata de una afección que se manifiesta con la aparición de granos (comedones), en el rostro, pecho, hombros y espalda, los cuales pueden llegar a romperse e infectarse, convirtiéndose en pústulas o formar quistes. Esto ocurre debido a que los folículos pilosos se obstruyen con células muertas de la piel y sebo seco que se acumulan gradualmente, formando bacterias a la vez que bloquean el sebo que debería salir hacia la superficie de la piel por los poros.

El acné es catalogado como una enfermedad multifactorial, donde intervienen varios factores ya sean genéticos, ambientales e individuales de la piel y en función del daño producido en ella, puede ser leve, moderado o grave.

El desencadenante de esta enfermedad suele ser la pubertad, ya que corresponde a una etapa en la que los cambios hormonales pueden provocar un aumento de los andrógenos, lo que ocasiona la estimulación de las glándulas sebáceas.

Usualmente el acné desaparece por sí solo de forma espontánea, pero un dermatólogo puede recetar tratamientos para aliviar los signos de la afección. 

4. Cáncer de piel

Este tipo de cáncer suele desarrollarse en las zonas de la epidermis que se encuentran expuestas a la radiación solar, aunque también puede darse en áreas que normalmente no se ven expuestas como debajo de las uñas o las palmas de las manos y pies y surge cuando crecen descontroladamente las células anómalas de la piel, debido a daños en su ADN provocados sobre todo por la radiación ultravioleta.

El melanoma es el tipo de cáncer de piel más peligroso, ya que es su fase avanzada y se puede extender a órganos internos, poniendo en riesgo la vida del paciente. Sin embargo, si se detecta a tiempo, puede tener cura.

Por lo que es imprescindible prestar atención a sus primeros síntomas tales como lunares que cambian de tamaño, color o presenten sangrado, lesiones en la piel acompañadas de picor o ardor, manchas grandes de tono marrón con motas oscuras más pequeñas, lesiones oscuras en zonas como las plantas de los pies o manos, áreas mucosas de la boca, la nariz, vagina o ano.

El tratamiento se lleva a cabo mediante cirugías para eliminar el crecimiento maligno y si el cáncer se encuentra en estado avanzado, el paciente debe ser sometido a tratamientos de quimioterapia, radioterapia o inmunoterapia para ralentizar el avance de la afección.