Salud y Vida

¿Qué podemos aprender de las políticas europeas de cuidado a adultos mayores?

Más de ocho millones de adultos mayores no pueden llevar a cabo de manera independiente al menos una actividad básica como bañarse, comer, acostarse o levantarse de la cama. Esto que se conoce como dependencia funcional, impacta en el 12% de las personas de 60 años o más en América Latina y el Caribe y se refleja en la salud, pero también en el trabajo no remunerado de las mujeres de la familia que se vuelven cuidadoras.

Este escenario llevó a la creación de la Red de Políticas de Cuidado de Larga Duración en América Latina y el Caribe (RedCuidar+), del Banco Interamericano de Desarrollo junto con la Agencia Francesa de Desarrollo y el Programa de la Unión Europea EUROsociAL+. Su objetivo es acompañar los esfuerzos de los países de la región y aumentar su capacidad institucional y técnica en el área de servicios de atención a la dependencia de adultos mayores.

Como parte del encuentro de inauguración, la Ex Ministra de Asuntos Sociales y de Salud en Francia, Marisol Touraine, compartió tres lecciones importantes que los países de la región pueden aprender de la experiencia europea, en donde las poblaciones envejecieron antes:

  • Si bien en Europa existían sistemas de pensiones y salud avanzados, no es necesario esperar a que éstos existan para desarrollar políticas de cuidados de larga duración (CDL). Incluso los CDL pueden ser el piso de arranque para la protección social para las personas.
  • Europa tardó mucho en avanzar en los sistemas de CDL y en nuestra región también tomará tiempo. Importa dar los pasos correctos en la dirección correcta y ser consistentes con una visión de largo plazo.
  • Pese a la variedad de modelos, los CDL deben ser una visión de vida, de cómo se ve el futuro, basados en la dignidad y autonomía de los adultos mayores y en la igualdad y autonomía económica de las mujeres.

Asimismo, Touraine llamó a reconocer y visibilizar la labor del cuidado con formación y salarios adecuados, tomando en cuenta ejemplos como el de Francia, donde hay un millón de personas dedicadas al cuidado (95% de ellas mujeres) con un empleo reconocido, valorado y bien remunerado. Se trata de un sector que estará en crecimiento y que representa una oportunidad de dignificar la tercera edad, al tiempo que se generan empleos.