Enfermedades

Qué es la dermatitis por estrés y cómo combatirla

Es reconocido el efecto negativo que tiene el estrés sobre la salud de las personas. Un exceso de esta sensación angustiosa puede llegar a producir enfermedades cardíacas, diabetes, presión arterial baja, trastornos mentales, como la depresión o la ansiedad, y también dejar secuelas sobre la piel, como es el caso de la dermatitis.

Si deseas saber qué es la dermatitis por estrés, cómo se combate o si simplemente quieres saber cuánto gana un dermatólogo en USA, en este artículo encontrarás toda esta información y mucho más.

Estudios apuntan que hay una relación directa entre el sistema nervioso y la piel. La observación, en demasiadas ocasiones, no deja lugar a dudas. Cuando el sistema nervioso sufre un exceso de presión, la piel suele responder de una u otra manera. Cualquier zona puede lanzar una señal de estar sufriendo una dermatitis por estrés, normalmente la cara, las manos, la cabeza y la zona de los genitales. Los síntomas más claros de una reacción por esta causa son enrojecimiento, picor, sequedad… y en relación con el cabello, aparición de caspa.

Generalmente, este problema nervioso actúa a modo de brotes. Aunque, en algunos casos, también puede aparecer como consecuencia de los síntomas de una dermatitis atópica en adultos. Por otro lado, es importante saber distinguir cuándo una piel irritada es dermatitis y cuándo no lo es. En este sentido, en el blog especializado Tu Equilibrio y Bienestar ofrecen información amplia sobre estas diferencias. Además, comparte los mejores cuidados y consejos para la salud relacionados con esta u otras patologías, todos escritos por profesionales del sector tales como médicos, farmacéuticos, especialistas sanitarios

Dermatitis por estrés



dermatitis por estrés

Causas de la dermatitis por estrés

Los problemas que aparecen en la piel y que son producidos por situaciones estresantes están relacionadas con la circulación de la sangre, al menos en parte. Este mal produce una inflamación de la piel y, como consecuencia, enrojecimiento y picazón, llegando a crear eccemas (erupciones cutáneas).

Trabajos de investigación demuestran que estas situaciones producen un desequilibrio en el organismo, interpretando negativamente la situación que se está padeciendo. Entre un 30 y 70 % de los problemas de la piel (acné, piel rosácea, dermatitis…) tienen una relación directa con alteraciones psicológicas, aunque no se determine una causa concreta.

Y es que, tanto una situación de estrés puntual como aquel que se vuelve crónico produce respuestas de tipo inflamatorio en la barrea cutánea que se deriva de un incremento de hormonas liberadas, como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina. Como consecuencia de esta situación, el sistema inmune activa una respuesta como mecanismo de defensa que se manifiesta como un engrosamiento de la piel, la activación de los vasos sanguíneos y / o inflamaciones.

Falta de higiene y el cuidado personal y otros fenómenos derivados de la dermatitis por estrés

Otra cuestión que produce el estrés de forma generalizada es la falta de atención a la higiene y al cuidado personal. El estrés hace olvidar que se necesita estar limpio, repercutiendo de forma dramática y empeorando los síntomas. Es de gran importancia luchar en contra de este escenario para aliviar o terminar cuanto antes los problemas de dermatitis.

Así mismo, se da el caso en el que el estrés sufrido por los padres puede verse reflejado en los niños. Existen investigaciones que demuestran la relación entre la piel atópica de los recién nacidos con el estrés que se sufrió durante el embarazo. Otros estudios relacionan la personalidad estresante de los progenitores (ansiedad, depresión, pesimismo, exceso de control o sobreprotección) con las probabilidades de que los hijos sufran o desarrollen dermatitis atópica más o menos graves.

Prevenir y tratar la dermatitis atópica por estrés

Existen una serie de consejos, hábitos saludables y medidas higiénicas que resultarán muy beneficiosas para evitar o disminuir las señales de este problema de la piel, así como los posibles brotes.

La prevención del estrés

Antes de buscar las soluciones a los efectos que se ven sobre la piel, es interesante atacar a la raíz. Controlando la causa será más fácil llevar a cabo el resto de tratamientos y que éstos tengan eficacia. Es importante, por tanto, intentar alejar los problemas que producen el estrés, así como llevar a cabo técnicas antiestrés (yoga, mindfulnes, pilates…).

Del mismo modo, llevar una alimentación sana y equilibrada y mejorar los hábitos diarios que refuercen el bienestar físico y emocional serán de gran utilidad.

Hidratación de la piel

Es de vital importancia para prevenir la aparición de la picazón o el enrojecimiento una hidratación continua y constante con productos especiales, tanto fármacos como otros tratamientos de origen natural.

Evitar temperaturas elevadas 

Otro de los consejos más recurrentes y fáciles de cumplir es mantenerse alejado de temperaturas extremas que provoquen sudoración excesiva, ya que el calor empeora los eccemas. Por otra parte, tampoco es aconsejable el frío, puesto que hace aumentar la sequedad cutánea.

Baños de corta duración 

La hidratación de la piel no está relacionada con el tiempo que está húmeda, de hecho, un exceso produce sequedad. Por este motivo, lo más recomendable son baños que no superen los 10 minutos de duración, si es con agua templada mejor. Para eliminar el agua de la piel, se aconseja hacerlo con pequeños toques, no frotando la toalla. Podría irritar la piel y confundirse con una dermatitis.

Usar ropa de algodón

La tela con la que vestirse juega un papel fundamental para la transpiración de la piel. En este sentido, el algodón es el material que mejor deja pasar el aire, evitando el aumento del picor o que se produzca una irritación.