Enfermedades

Jóvenes menores de 20 años los más afectados por vitíligo

Los mexicanos que viven con vitiligo, padecimiento que afecta a más de 1 millón de habitantes en nuestro país, enfrentan discriminación y aislamiento, lo que causa un fuerte impacto en su autoestima, alertaron médicos especialistas de la Fundación Mexicana para la Dermatología (FMD).

El vitiligo–cuyo Día Mundial se conmemora el 25 de junio–, a pesar de ser una enfermedad con baja prevalencia, en comparación con otros padecimientos, causa un estigma importante que tiene un impacto psicológico y psicosocial en quienes lo padecen, alertó la doctora Rossana Llergo, presidenta de la FMD.

Refirió que el vitiligo es una enfermedad que afecta al 2 por ciento de la población a nivel mundial, es decir más de 150 millones de personas viven con este padecimiento actualmente, mientras que en México, ocupa entre el tercero y quinto lugar de todas las dermatosis, lo que representa entre el 2 y 4 por ciento de los pacientes dermatológicos[i].

Ocurre cuando las células productoras de pigmentos (melanocitos) dejan de funcionar. La pérdida de color en la piel puede suceder en cualquier parte del cuerpo inclusive la boca, cabello y ojos. Agregó que la causa de su aparición es multifactorial pues están involucrados factores genéticos, factores autoinmunes y mecanismos neurogénicos.

En cuanto al impacto psicológico, la doctora Llergo Valdez comentó que la mayoría de los pacientes comienzan con los brotes antes de los 20 años de edad, lo cual incrementa que puedan sufrir discriminación, soledad y aislamiento, lo cual afecta su autoestima y dificulta sus relaciones interpersonales y laborales.

En este sentido, Saraí Maldonado relató cómo ha sido vivir con esta afección en la piel desde los 11 años de edad y quien actualmente tiene 13 años, así como las situaciones a la que ha tenido que enfrentarse desde que fue diagnosticada.

“A veces la gente te ve diferente por tener manchas en la piel. Al principio me afectaban mucho los comentarios y las actitudes que algunas personas tenían hacia a mí. Me dolía que me trataran mal o me discriminaran por mi apariencia física”, reveló.

Saraí fue diagnosticada a los 11 años de edad. Desde entonces comenzó su travesía para encontrar al médico especialista, el diagnóstico y tratamiento adecuado.  La despigmentación, que ella refiere como “manchas blancas”, comenzó debajo de la nariz, en los pies y las piernas para posteriormente extenderse a manos, labios y párpados.

“Fui con un médico general y él me envió con un dermatólogo, desde el inicio supieron que era vitiligo, pero no fue sino hasta que comencé tratamiento con mi tercer dermatólogo cuando empecé a ver resultados positivos en mi piel, pues ya no se despigmentaba y las manchas blancas empezaron a tener un tono color rosa”, explicó Saraí.

Sobre el tratamiento para el vitiligo, la especialista comentó que a pesar de que esta enfermedad no tiene cura, hoy en día puede controlarse con la aplicación de tratamientos tópicos, sistémicos y fototerapia.

Sin embargo, “uno de los retos más importantes es lograr un apego correcto al tratamiento porque la mayoría de las veces el paciente se desespera porque no ve resultados inmediatos. Incluso abandonan el tratamiento, lo cual puede resultar contraproducente, ante lo cual es fundamental que tengan paciencia y se apeguen a las indicaciones de su médico”.

Saraí mandó un mensaje a la población pidiendo solidaridad y empatía con las personas que tienen vitiligo, pues aclaró que no es una enfermedad contagiosa y no deben ser rechazados o aislados. Asimismo, agradeció el apoyo que ha recibido de amigos y familiares pues es su amor y cariño lo que la hace seguir adelante.

“A las personas que viven con vitiligo les digo que sí podemos salir adelante, no se queden estancados, no se rindan, busquen ayuda para que puedan curar sus manchas y a los que no tienen esta enfermedad les pido sean más empáticos con nosotros, infórmense y no nos discriminen”, finalizó Saraí.