Salud Mental

Día Internacional de la Esquizofrenia: Enfoque en la recuperación y calidad de vida a través del tratamiento

La esquizofrenia es un trastorno psicótico grave, caracterizado por alucinaciones y delirios, que afecta hasta al 90% de los casos de psicosis. Este trastorno que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), lo padecen aproximadamente 24 millones de personas, provoca una alteración notable en la percepción de la realidad, impactando significativamente en la vida cotidiana de las personas afectadas. La esquizofrenia puede llegar a incapacitar por completo a una persona.

El Día Internacional de la Esquizofrenia se celebra cada 16 de agosto, una oportunidad para visibilizar ésta y otras afecciones de salud mental. En este caso, se quiere destacar  la importancia del tratamiento temprano y adecuado para evitar la incapacidad completa del paciente esquizofrénico y que pueda mejorar su calidad de vida lo antes posible. Uno de los puntos clave en el tratamiento de la esquizofrenia es la intervención temprana, especialmente después de un primer episodio psicótico (PEP). Los expertos de la Clínica López Ibor inciden en “la importancia de ofrecer un enfoque intensivo y protocolizado en las fases iníciales de la enfermedad”.

El estigma social y la falta de concienciación: las grandes barreras

Los expertos reconocen que uno de los principales desafíos es la resistencia para aceptar el tratamiento, ya que la falta de conocimiento sobre el diagnóstico y síntomas, el estigma social y la falta de concienciación, son las grandes barreras. Por eso, la Clínica López Ibor recalca la importancia  de tomar conciencia de la enfermedad y la necesidad de búsqueda de ayuda profesional para conseguir mejorar la calidad de vida de la persona afectada.

Grandes avances con nuevas perspectivas de diagnóstico y tratamiento

Recientes avances científicos en el campo de la esquizofrenia han brindado nuevas perspectivas para el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Desde la relación de la esquizofrenia con la genética, donde investigadores han logrado importantes progresos en la identificación de factores de riesgo genéticos asociados a la enfermedad. Un estudio multicéntricoreciente, dirigido por la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai Estados Unidos, ha descubierto que dos genes desconocidos hasta el momento pueden estar vinculados a la esquizofrenia. Los resultados, publicados en la prestigiosa revista Nature Genetics, han identificado varias variantes genéticas que aumentan significativamente la susceptibilidad de una persona a desarrollar la enfermedad. Estos hallazgos podrían contribuir a la detección temprana y al desarrollo de terapias personalizadas, lo que mejoraría la eficacia del tratamiento y la calidad de vida de los pacientes.

Pasando por investigaciones sobre las bases neurobiológicas y la relación con la enfermedad, donde se pretende identificar alteraciones en ciertas regiones cerebrales y sistemas de neurotransmisores, lo que podría allanar el camino para el desarrollo de terapias más precisas y efectivas.

Hasta la importancia de hablar de la microbiota intestinal y los trastornos psiquiátricos y neurológicos (como trastornos del sueño, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), trastornos del estado de ánimo, ansiedad, depresión o incluso esquizofrenia). Esta comunicación bidireccional que se produce entre los microbios del tracto gastrointestinal y el cerebro se está investigando mucho en los últimos tiempos, indicando que la salud intestinal desempeña un papel importante en el desarrollo y curso de las enfermedades mentales, como la esquizofrenia. Estos estudios abren nuevas oportunidades para la exploración de enfoques terapéuticos innovadores, como la modulación del microbioma, para mejorar los resultados clínicos.

En el Día Internacional de la Esquizofrenia, se insta a promover la sensibilización y el apoyo a las personas que enfrentan trastornos psicóticos, así como a seguir impulsando la investigación y el desarrollo de programas integrales para mejorar la calidad de vida de quienes padecen esquizofrenia y trastornos psicóticos primarios.