Nutrición

¿Amor por spreads? Disfruta la deliciosa crema de cacahuate y entérate de los beneficios que brinda para tu salud

Los spreads o untables se han puesto de moda ya que facilitan salir de casa desayunados o con una opción práctica para la colación de media mañana o media tarde. Antes sólo se veían como una opción para los más pequeños, pero ahora, cada día se ven más como una opción saludable para todos y que facilita la vida, además de ofrecer beneficios a la salud.

Aunque existen cada día más variedades de spreads, hay que preferir aquellos que realmente han demostrado, con evidencia científica, ser saludables, y una de las mejores alternativas es la crema de cacahuate. Entre los beneficios de los cacahuates a la salud, que son consistentes en cientos de estudios, están el incremento de niveles de nutrimentos a nivel sanguíneo y celular, lo que quiere decir que nutre a las personas desnutridas[1]; la disminución del riesgo de diabetes T2[2], del riesgo de enfermedad cardiovascular[3] y mortalidad en general[4], del riesgo de deterioro cognitivo[5] y distintos tipos de cáncer[6] [7] [8].  

Muchas personas se preguntan si nos ofrecen los mismos beneficios después de ser tostados, salados o molidos. En este tema, me gustaría aclarar que la mayoría de dichos estudios incluyen a la crema de cacahuate en las pruebas debido a que dichos procesos aumentan la biodisponibilidad de sus nutrimentos, por lo que sus beneficios pueden ser atribuidos a ambos alimentos, cacahuates y crema de cacahuate. Uno de los estudios que más me ha impactado es el de la Universidad de Purdue en 2010, cuyo objetivo fue investigar los efectos del consumo diario, durante 4 semanas, de cacahuates crudos, cacahuates tostados, cacahuates salados y crema de cacahuate, encontrando los mismos efectos benéficos en la disminución del colesterol LDL y de triglicéridos en todos los grupos[9].

Me gusta este estudio porque además encontró que su consumo diario en porción moderada no afecta el peso corporal (otra de las preocupaciones en la actualidad). Lo mejor de todo es que la innovación en los procesos y la tecnología actual han permitido preparar nuevas cremas de cacahuate con la piel delgada que los cubre, lo que ha demostrado incrementar todavía más sus beneficios a la salud por el aumento en el contenido de flavonoides (antioxidantes potentes)[10] y eso me resulta asombroso.

Ya no queda duda (y estudios de mercadotecnia lo han encontrado) que la tendencia apunta a que las personas cada día busquemos alternativas de desayunos y colaciones más saludables, que sean fuentes de proteína vegetal, por salud y sustentabilidad[11] y que sean nutrimentalmente densas (ricas en nutrimentos), por lo que la crema de cacahuate se ha convertido en el ingrediente principal de smoothies y barras comerciales. Así es que, si eres una de estas personas y ya te convenciste de que la crema de cacahuate es una excelente opción de nutrición para tu organismo, no te quedes únicamente en estos productos del mercado o en el clásico y delicioso pan integral con crema de cacahuate, sino que echa a volar tu imaginación y úsala en una infinidad de platillos, como éstos que te muestro a continuación:

  • Smoothie de crema de cacahuate con leche descremada, cacao en polvo y plátano
  • Rebanadas de pera asadas con crema de cacahuate y amaranto tostado
  • Hot cakes o waffles con harina de avena y crema de cacahuate
  • Bolitas energéticas con crema de cacahuate, coco y arándanos deshidratados
  • Galletas de avena y crema de cacahuate
  • Crepa rellena de crema de cacahuate y fresa
  • Dip de yogurt y crema de cacahuate (para dippear tu fruta favorita)
  • Pasta integral con crema de cacahuate
  • Pollo o lomo de cerdo encacahuatado
  • Avena reposada con leche descremada, crema de cacahuate y moras
  • Bowl de frutas con crema de cacahuate
  • Barra de granola con crema de cacahuate
  • Paleta helada o helado de crema de cacahuate
  • Burritos con crema de cacahuate, verduras y tiras de pollo
  • Sopa de crema de cacahuate

Esther Schiffman Selechnik Nutrióloga


[1]Gama AP, Koushik Adhikari, & Hoisington, D. A. (2018). Peanut Consumption in Malawi: An Opportunity for innovation. Foods, 7(7), 112.

[2] Jiang R, Manson JE, Stampfer MJ, Liu S, Willett WC, & Hu FB. (2002). Nut and peanut butter consumption and risk of type 2 diabetes in women. Journal of the American Medical Association, 288(20), 2554–2560.

[3] Machado De Souza RG, Machado Schincaglia R, Duarte Pimentel G, & Mota JF. (2017). Nuts and Human Health Outcomes: A Systematic Review. Nutrients, 9(12), 1311.

[4] Amba V, Murphy G, Etemadi A, Wang S, Abnet CC & Hashemian M. (2019). Nut and Peanut Butter Consumption and Mortality in the National Institutes of Health-AARP Diet and Health Study. Nutrients, 11(7), 1508.

[5] Li M, & Shi Z. (2019). A Prospective Association of Nut Consumption with Cognitive Function in Chinese Adults Aged 55+ _ China Health and Nutrition Survey. Journal of Nutrition, Health & Aging, 23(2), 211–216.

[6] Maryam Hashemian, Murphy G, Etemadi A, Dawsey SM, Liao LM & Abnet CC. (2017). Nut and peanut butter consumption and the risk of esophageal and gastric cancer subtypes. American Journal of Clinical Nutrition, 106(3), 858–864.

[7] Van den Brandt PA, & Nieuwenhuis L. (2018). Tree nut, peanut, and peanut butter intake and risk of postmenopausal breast cancer: The Netherlands Cohort Study. Cancer Causes & Control, 29(1), 63–75.

[8] Xin Yin, & Bostick RM. (2019). Associations of nut intakes with incident sporadic colorectal adenoma: a pooled case-control study. Nutrition and Cancer, 71(5), 731–738.

[9] McKiernan F, Lokko P, Kuevi A, Sales RL, Costa NM. Bressan J, Alfenas RC, & Mattes RD. (2010). Effects of peanut processing on body weight and fasting plasma lipids. British Journal of Nutrition, 104(3), 418–426.

[10] Ma Y, Kerr WL, Cavender GA, Swanson R, Hargrove JL, & Pegg RB. (2013). Effect of Peanut Skin Incorporation on the Color, Texture and Total Phenolics Content of Peanut Butters. Journal of Food Process Engineering, 36(3), 316–328.

[11] Kim H, Caulfield LE, Rebholz CM, Ramsing R, & Nachman KE. (2020). Trends in types of protein in US adolescents and children: Results from the National Health and Nutrition Examination Survey 1999-2010. PLoS ONE, 15(3), 1–13.