Salud y Vida

Un mundo más seguro comienza con una atención primaria sólida

La crisis por covid-19 ha puesto de relieve lo que sucede cuando no se cuenta con una atención médica primaria sólida ni de alta calidad: las personas no solo enfrentan un virus mortal sin apoyo de la primera línea, sino que también sufren daños colaterales a su salud debido a una caída dramática en el acceso y disponibilidad de los servicios de salud esenciales de los que dependen.

En este texto de BMJ Orin Levine, director de programas de prestación global de la Fundación Gates, y sus colegas argumentan que con inversiones inteligentes en atención primaria de salud, los países pueden garantizar una fuerza laboral sanitaria sólida y capaz que opere en instalaciones eficientes y bien equipadas reforzadas por fuertes cadenas de suministro y redes de vigilancia, sensibles a las personas y a las comunidades a las que sirven.

Para lograrlo, los encargados de formular políticas y los trabajadores sanitarios necesitan más y mejores datos sobre el estado de la atención primaria de salud en sus países. Los gobiernos y los socios para el desarrollo deberían utilizar esos datos para impulsar políticas e inversiones que hagan que los servicios sean más resistentes y equitativos. Las organizaciones de la sociedad civil y del sector privado deben ser socios de pleno derecho en estos esfuerzos, ayudando a impulsar un ciclo de responsabilidad para una mejor salud para todos. Lo hemos dicho: cuando se trata de salud todos somos corresponsables.