Obesidad

Urge atender impacto psicológico derivado de la cuarentena en personas con sobrepeso y obesidad

El aislamiento y la cuarentena han tenido un fuerte impacto psicológico en las personas, lo cual podría provocar problemas de ansiedad, depresión y hasta obsesión por saber si se tiene la enfermedad. Junto con estos trastornos del estado de ánimo, para muchas personas la cuarentena ha provocado un mayor consumo de calorías y una disminución en la actividad física, lo que puede condicionar riesgos en la salud.

De acuerdo con la Dra. Verónica Vázquez-Velázquez, psicóloga clínica, “los pacientes me dicen que se sienten tristes, irritables, ansiosos, desesperados, cansados ​​y que no duermen bien. Y a todo esto hay que añadir el gran desafío que tienen para mantenerse saludables, ya que muchos pueden comer por estrés y reducir su actividad física. Lamentablemente algunos han sido objeto de discriminación y estigma, a través de comentarios que escuchan cuando acuden a un hospital por sospecha de COVID-19, donde son culpados por tener obesidad y por el riesgo de complicarse,” explicó la especialista.

La Dra. Vázquez-Velázquez señaló que, ante estas circunstancias, el apoyo familiar y social es indispensable. “La familia, amigos, compañeros de trabajo, pareja y empleadores pueden apoyar de muchas maneras, como ayudar a mantener la mente activa mediante el ejercicio, pasatiempos y actividades recreativas en común; permitir el trabajo en casa; mantener contacto a través de llamadas o redes sociales; favorecer la comunicación de preocupaciones y sentimientos; apoyar con las actividades que impliquen salir de casa, y siendo muy cuidadosos con las medidas de seguridad e higiene.”

Buenos hábitos, un inicio eficaz para la prevención del COVID-19

Para la persona con obesidad, el apoyo de la familia es crucial en la creación y mantenimiento de hábitos saludables que permitan prevenir complicaciones por enfermedades como el COVID-19.

“Es recomendable establecer un tiempo determinado para distintas actividades a lo largo del día como comer, hacer ejercicio, trabajar, estudiar, relajarse y dormir.  También es importante hacer un plan realista que permita lograr un estilo de vida más saludable, con alimentación equilibrada y actividad física; así como aprender técnicas para manejar el estrés, pesarse regularmente y acudir con un médico para tratar el sobrepeso”, indicó la especialista en psicología clínica.

En la construcción de un hábito saludable, es importante crear conciencia de lo que se hace regularmente y llevar un registro de actividades; modificar el entorno; identificar los pensamientos negativos y cambiarlos; pedir ayuda de familiares, amigos o un profesional; buscar pasatiempos y actividades agradables; monitorear el progreso; imaginar el futuro y apreciar el valor del cambio, y ser pacientes, aspirando a ser mejores y no perfectos.

Para que la persona con obesidad logre un peso saludable y el equilibrio emocional, y con ello pueda prevenir las comorbilidades asociadas a esta condición, es importante que su atención integral sea prioritaria en las medidas de salud pública y la población general de México.

“Debemos empezar con el reconocimiento de la obesidad como una enfermedad crónica y multifactorial, que no es una elección individual. Esto debería contribuir a que exista un mayor acceso a tratamiento, a que los profesionales de la salud sean capacitados en brindar atención para la obesidad, y a que se proporcione un trato digno a las personas que viven con esta condición, evitando el estigma y la discriminación”, concluyó la Dra. Vázquez-Velázquez.

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