Salud y Vida

Una breve historia del estetoscopio

¿Será que el estetoscopio, ese instrumento que traen al cuello los que se dedican a la medicina, es el símbolo con el que los reconocemos? Sin duda es uno de los objetos que más asociamos con esta profesión y, a más de doscientos años de su creación, The Conversation revive la curiosa historia

El estetoscopio, que proviene de las palabras griegas stethos (pecho) y skopein (explorar), fue inventado por el médico francés René Theophile Hyacinthe Laënnec en 1816. Mientras caminaba por el patio del Palacio del Louvre en París, Laënnec observó a dos niños que se enviaban señales entre sí utilizando una pieza larga de madera maciza y un alfiler. Con una oreja en un extremo, uno de los niños recibía un sonido amplificado del alfiler raspando el extremo opuesto de la madera.

Hasta ese momento los médicos solo podían poner la oreja sobre el pecho de los pacientes para captar los sonidos del corazón o de los pulmones, pero la técnica ofrecía poca ayuda para llegar al diagnóstico. Luego de tener dificultades para revisar a una mujer con síntomas de enfermedad cardíaca, Laënnec recordó su observación de aquellos niños y sus señales con la madera, tomó una hoja de papel, la enrolló con fuerza y acercó un extremo al pecho de la mujer mientras él escuchó por el otro extremo con una claridad que no había experimentado antes.

Gracias a esa observación desarrolló un instrumento que se volvería indispensable para estudiar no solo los latidos del corazón, sino todos los movimientos capaces de producir sonidos en la cavidad torácica. Su primer aparato, hecho con un tubo hueco de madera de 3,5 centímetros de diámetro y 25 de largo, fue el precursor del estetoscopio moderno y con él descubrió que sus diagnósticos estaban respaldados por observaciones realizadas en autopsias. Con esta herramienta aprendió a reconocer neumonía, enfisema, pleuresía, neumotórax, tuberculosis y otras enfermedades pulmonares a partir de los que escuchó. 

La medicina siempre ha tratado de mucha observación, pero también de una profunda escucha del cuerpo. Hoy no podríamos imaginar estar en plena consulta sin ser abordados por ese instrumento que el médico se acomoda en los oídos para escuchar e interpretar los sonidos de nuestro cuerpo.

En este enlace pueden leer la historia completa del estetoscopio.   

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