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Tratamiento disponible en México mejora calidad de vida en pacientes post COVID-19

  •  Un estudio clínico evaluó la calidad de vida y síntomas como la disnea en pacientes dados de alta después de padecer COVID-19. El 65% de los pacientes presentaron una mejoría significativa en su calidad de vida entre el alta y el día 15 poshospitalización. El uso de erdosteína fue impulsado por la hipótesis de que la terapia antioxidante podría promover la reparación celular al reducir el proceso de oxidación.

La Comunidad Médica presentó los resultados del primer estudio en evaluar la calidad de vida tras el alta hospitalaria en pacientes que cursaron con insuficiencia respiratoria grave secundaria a COVID-19 tras recibir erdosteína, una molécula con actividad antioxidante y mucolítica, comercializada en México por Laboratorios Carnot. Los resultados demostraron que la calidad de vida de estos pacientes mejoró de manera significativa tanto clínica como estadísticamente, observándose mejorías importantes en los síntomas, actividades e impacto en la calidad de vida tras sufrir esta enfermedad.

De acuerdo con el Dr. Francisco Cuevas Schacht, Fundador Colegio Mexicano de Neumólogos Pediatras, “el 65% de los pacientes lograron una mejoría significativa en su calidad de vida entre el alta y el día 15. Además, el 30% de los pacientes lograron una mejoría significativa en la escala de evaluación de disnea. Estos hallazgos son importantes ya que muestran una rápida mejoría de la calidad de vida en los pacientes que cursaron con COVID-19 grave en el hospital que, después del alta hospitalaria experimentaban síntomas, especialmente disnea, y a los que se les indico el uso de erdosteína para el manejo de los síntomas persistentes después del alta hospitalaria.

El objetivo de este estudio fue evaluar la calidad de vida y síntomas de 20 pacientes recuperados después de haber sido hospitalizados por neumonía grave relacionada con COVID-19. El total de los pacientes que participaron en el estudio presentaba disnea al momento del alta, el 85% eran hombres y aproximadamente el 80% presentaba alguna comorbilidad (hipertensión, diabetes, etcétera). Se evaluó la calidad de vida de los pacientes a través de un cuestionario que valora el impacto social y emocional de los síntomas residuales de la COVID-19 sobre las actividades diarias,

Después del alta hospitalaria, los pacientes interrumpieron toda la terapia para COVID-19 recibida durante la hospitalización, excepto tres pacientes que continuaron con Heparina profiláctica por riesgo de trombosis. Además de continuar con sus habituales terapias para condiciones crónicas, iniciaron el tratamiento con erdosteína.

El Dr. Benjamín Zepeda Ortega, inmunólogo y alergólogo pediátrico, indicó que la idea de sumar erdosteína a la terapia habitual fue impulsada por la hipótesis de que la terapia antioxidante podría ser beneficiosa para reducir la oxidación celular y el estrés perpetrado por la infección viral al restaurar el glutatión, molécula endógena involucrada en la reparación celular.

“La infección por SARS-CoV-2 puede inducir estrés oxidativo favoreciendo la muerte celular y, en consecuencia, una respuesta inflamatoria excesiva como se observa en pacientes con neumonía grave por COVID-19. Este tratamiento, es el único mucolítico en México con 4 mecanismos de acción: antioxidante, antiinflamatorio, antibacteriano y mucorregulador que ha demostrado mejorar la calidad de vida de los pacientes después de cursas con esta enfermedad”

Desde el inicio de la pandemia por COVID-19, se ha prestado poca atención a la calidad de vida relacionada con la salud de aquellos pacientes que cursan con esta enfermedad después de su alta hospitalaria. Una situación grave ya que, los pacientes que cursaron la forma moderada a grave de esta enfermedad pueden experimentar síntomas recurrentes como disnea, tos, debilidad y fatiga; además de un deterioro persistente de la función pulmonar, problemas psicológicos o psicosociales, que impactan su calidad de vida a corto y largo plazo.

Por último, el Dr. Francisco Cuevas Schacht indicó que es importante que los pacientes post COVID-19 presten mayor importancia a la dificultad para respirar tanto en reposo como durante el ejercicio o en sus ocupaciones diarias, ya que más allá de la fatiga que pueden presentar, representa un impacto sobre la calidad de vida a largo plazo de estos. Por lo que, “para ayudar a la recuperación es importante hacer una evaluación que nos lleve a los médicos a implementar un tratamiento adecuado que reduzca los síntomas de disnea y mejore su calidad de vida de nuestros pacientes”.