Todo lo que debes saber sobre la denervación renal
La hipertensión arterial resistente a los tratamientos convencionales puede ser un problema complejo que requiere intervenciones más avanzadas. Dentro de estas opciones, la denervación renal ha emergido como una alternativa prometedora para reducir la presión arterial en pacientes que no responden adecuadamente a los medicamentos tradicionales. Aunque no es una solución para todos, entender qué implica la denervación renal, cómo funciona y cuáles son sus beneficios y riesgos puede ser fundamental para quienes enfrentan este tipo de hipertensión.
¿Qué es la denervación renal?
La denervación renal es un procedimiento mínimamente invasivo que busca reducir la actividad nerviosa de las arterias renales, las cuales están implicadas en la regulación de la presión arterial. Los nervios que se encuentran en las paredes de las arterias renal son responsables de enviar señales al cerebro sobre el estado de la presión arterial, participando en la activación del sistema nervioso simpático. Cuando estos nervios se desactivan mediante técnicas específicas, se logra disminuir la estimulación excesiva que contribuye a mantener elevada la presión arterial.
Este procedimiento se realiza mediante la introducción de un catéter en las arterias renales, con el cual se aplican ondas de radiofrecuencia o energía térmica que destruyen las fibras nerviosas, ayudando a controlar la hipertensión en pacientes que no logran mantener sus cifras arteriales dentro de niveles adecuados a través de medicamentos. La denervación renal, por tanto, es un tratamiento dirigido a reducir la sobreactividad del sistema nervioso simpático, que es responsable de muchos de los mecanismos que elevan la presión en personas con hipertensión resistente.
¿Quiénes son los candidatos ideales para la denervación renal?
No todos los pacientes con hipertensión son aptos para someterse a la denervación renal. Los candidatos más adecuados suelen ser aquellos que presentan hipertensión resistente, es decir, que no logran controlar sus niveles de presión arterial a pesar de seguir un tratamiento farmacológico estricto, incluyendo varios medicamentos y cambios en el estilo de vida. Además, es fundamental que otros problemas de salud que puedan influir en la hipertensión, como alteraciones renales o endocrinas, hayan sido descartados o tratados.
Antes de optar por este procedimiento, el especialista evalúa la historia clínica, realiza estudios de laboratorio, ecografías y angiografías para asegurarse de que los riñones estén en buen estado y que la anatomía renal sea compatible con la denervación.
¿Cómo se realiza la denervación renal?
El procedimiento de denervación renal se realiza en un hospital o clínica especializada y requiere anestesia local o sedación moderada. A través de un catéter introducido por la arteria femoral, el médico navega hasta las arterias renales y administra ondas de radiofrecuencia o energía térmica en diferentes puntos de las paredes arteriales, destruyendo las fibras nerviosas responsables de enviar señales al sistema nervioso simpático.
Una vez finalizado, el paciente puede experimentar algunos molestias leves, como sensación de calor o molestias en la zona de ingreso, pero generalmente puede regresar a sus actividades habituales en uno o dos días. La efectividad de la denervación renal se evalúa en las semanas siguientes, monitorizando los niveles de presión arterial y ajustando el tratamiento médico según sea necesario.
Beneficios y riesgos de la denervación renal
Los principales beneficios de este procedimiento radican en su capacidad para reducir los niveles de presión arterial en pacientes con hipertensión resistente, ayudando a disminuir el riesgo de complicaciones cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y daño en órganos. Además, al ser una intervención mínimamente invasiva, su recuperación es rápida y presenta menos riesgos en comparación con cirugías abiertas.
No obstante, la denervación renal también conlleva algunos riesgos y limitaciones, como la posibilidad de que no funcione en todos los pacientes o que la actividad nerviosa vuelva a recuperarse con el tiempo. Riesgos menores incluyen molestias en el área de ingreso, hemorragia o daño accidental a la arteria renal, por lo cual debe ser realizada en centros especializados por profesionales experimentados.
Es importante que los pacientes evalúen con su médico si este procedimiento es adecuado para su condición particular y consideren realizar controles frecuentes para evaluar la respuesta a la denervación renal. La salud cardiovascular y la calidad de vida pueden verse significativamente beneficiadas en quienes logran un control efectivo de la hipertensión con esta técnica moderna.