Covid

Síndrome de Fatiga Crónica un mal vinculado al Long Covid

Imagínate agotarte al menor esfuerzo o estar todo el día cansado y que el descanso no te ayude a recuperar la energía, y peor aún, a pesar del desgaste físico, no poder conciliar el sueño, lo que te genera problemas para pensar y concentrarte y en ocasiones incluso mareos. Estos son algunos de los síntomas del Síndrome de Fatiga Crónica.
El Síndrome de la Fatiga Crónica es una enfermedad grave y de larga duración que afecta a muchos sistemas del cuerpo. También se le conoce como encefalomielitis miálgica y afecta principalmente a personas que tienen entre 40 y 60 años. (1)
El cansancio extremo, presente en el Síndrome de Fatiga Crónica, suele durar más de seis meses y se presenta a diario sin una explicación aparente o a causa de alguna otra enfermedad. Si bien no se conoce con exactitud qué la ocasiona se sospecha que sus causas son infecciones virales o alteraciones a nivel cerebral. (2)

A est daño se agrega que ante esta inflamación generalizada el cuerpo reaccionó secretando la hormona cortisol en grandes cantidades, que, sumado a la producida por el estrés diario, terminó por oxidar las células ya de por sí dañadas.
Se estima que a nivel mundial siete de cada 100 mil personas padecen Síndrome de Fatiga Crónica (2), sin embargo, en experiencia de la doctora Esmeralda Bastidas existe un subregistro y pueden ser mucho más personas afectadas pues, los síntomas de este síndrome pueden confundirse con simple agotamiento físico por estrés, depresión o insomnio.
“El insomnio, la mala calidad del sueño, falta de atención y pérdida de memoria, son secuelas neurocognitivas con las que todavía muchos pacientes siguen luchando vinculadas COVID-19 y que forman parte de los síntomas del Síndrome de Fatiga Crónica.
Células madre para regenerar el cuerpo
Frente a esta realidad, asegura la doctora Esmeralda Bastidas, lo más importante es ayudar a nuestro organismo a recuperarse. La experta en terapia celular y maestra en medicina ortomolecular por la Sociedad Española de Nutrición y Medicina Oromolecular (SENMO), nos comparte dos tratamientos clave para la regeneración de las células dañadas.
1.         Nutrición celular
Las vitaminas son la gasolina de nuestro organismo. Sin embargo, la edad, el estrés, los problemas físicos y metabólicos pueden impedir su absorción correcta incluso de los suplementos alimenticios.
La medicina ortomolecular (NEODRIPS) lleva grandes dosis de vitaminas, minerales y antioxidantes a nuestro organismo vía intravenosa, logrando una absorción del 99% de las mismas.
Dependiendo de las necesidades de cada paciente se pueden realizar fórmulas ideales para:
Potencializar las defensas, elevar la energía, mejorar el estado de hidratación, incrementar la concentración y función cognitiva, controlar la ansiedad y la depresión, desintoxicar el sistema vascular y nervioso, disminuir el estrés e incluso aliviar la resaca.
2.         Terapia celular
La reparación de nuestro organismo, órganos y tejidos ya es posible gracias a la terapia celular, que consiste en llevar hasta ellos grandes cantidades de células madre.
Las células madre son la materia prima del organismo, tienen la capacidad de convertirse en cualquier órgano con el que entren en contacto.
La ciencia médica ha probado que cuando estas entran en contacto con órganos, si están dañados, los repara al promover el desarrollo de nuevas células.
Si no encuentran daño, entonces le recuerdan al órgano cómo debe funcionar para prevenir la aparición de enfermedades, incluso de tipo congénitas. 

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