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¿Se puede hacer ejercicio cuando se está enfermo?

La cuestión de hacer ejercicio cuando se está enfermo es un tema que genera mucho debate entre médicos y entrenadores. Si bien la actividad física es esencial para mantener una buena salud, saber cuándo es seguro ejercitarse durante una enfermedad puede ser clave para una recuperación efectiva. Aquí abordaremos las consideraciones que debes tener en cuenta antes de tomar una decisión.

Escuchar a tu cuerpo

Una de las primeras pautas a seguir es simplemente escuchar a tu cuerpo. Si te sientes fatigado o con síntomas graves, lo más prudente es permitir que tu cuerpo se recupere antes de retomar cualquier actividad física. Algunos síntomas que sugieren que debes abstenerte de hacer ejercicio incluyen:

  • Fiebre: Un aumento en la temperatura corporal puede ser signo de que tu cuerpo está luchando contra una infección.
  • Fatiga extrema: Si estás demasiado cansado o experimentar debilidad, es mejor descansar.
  • Dolores: Malestares intensos o dolores generalizados pueden ser señales de que tu cuerpo necesita reposo.

El enfoque de los síntomas por encima del cuello

Los médicos suelen recomendar un enfoque que divida los síntomas en dos categorías: los que están por encima del cuello y los que están por debajo del cuello. Si tus síntomas son menores y se limitan a la nariz y la garganta (como un resfriado leve), puedes considerar hacer ejercicio con moderación. Aquí algunos ejemplos:

  • Síntomas por encima del cuello: Congestión nasal o dolor de garganta leve.
    • Posibles actividades: Caminar, yoga suave o ejercicios ligeros.
  • Síntomas por debajo del cuello: Tos persistente, dolor en el pecho, fiebre o diarrea.
    • En este caso, es mejor evitar el ejercicio y optar por el descanso.

Beneficios de un ejercicio ligero

Realizar actividad física suave, incluso cuando estás un poco enfermo, puede tener ciertos beneficios. Un entrenamiento ligero puede ayudar a:

  • Mejorar el estado de ánimo: El ejercicio puede liberar endorfinas, que mejoran nuestro bienestar.
  • Mantener la movilidad: Movimientos suaves pueden prevenir la rigidez y ayudar a mantener la flexibilidad.
  • Acelerar la recuperación: En algunos casos, la actividad ligera puede apoyar el sistema inmunológico.

Cuándo posponer el ejercicio

Es crucial saber cuándo debes parar. Si tus síntomas empeoran con el ejercicio o experimentas nuevos síntomas, es mejor detenerse y consultar a un médico. Algunas señales de advertencia son:

  • Aumento de la fatiga.
  • Dificultad para respirar.
  • Mareos o desmayos.

Hacer ejercicio cuando se está enfermo puede ser un tema delicado y es vital prestar atención a las señales que te envía tu cuerpo. No todos los síntomas son iguales, y cada persona tiene un nivel de tolerancia diferente. Al priorizar tu salud y bienestar, podrás determinar cuándo es el momento adecuado para reanudar tu rutina de ejercicio. Recuerda que el descanso también forma parte fundamental del proceso de recuperación, así que no dudes en tomarte el tiempo que necesites.