Se dan a conocer los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual
La realidad de la gestión menstrual en distintas partes de nuestro país se revela a través de los resultados de la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual, un estudio realizado por Essity en colaboración con UNICEF México y Menstruación Digna México. Estos datos evidencian que aún persisten importantes brechas en conocimientos, recursos y condiciones que enfrentan las personas menstruantes, desde la adolescencia hasta la edad adulta. La información obtenida nos invita a reflexionar sobre la necesidad de implementar acciones que aseguren derechos fundamentales, como el acceso a productos de higiene, información adecuada y espacios libres de estigma.
La poca información afecta la salud y la autoestima
Uno de los hallazgos más preocupantes es que cerca del 69% de las adolescentes, mujeres y personas con menstruación que participaron en la encuesta tenían poca o ninguna información al momento de su primer periodo. La falta de información no solo perpetúa mitos dañinos, sino que puede generar inseguridad, miedo y sentimientos de vergüenza. Esa ausencia de conocimientos tempranos también puede tener efectos en su salud, al no reconocer signos de complicaciones o al usar productos inadecuados. Además, la autoestima de muchas personas se ve afectada negativamente cuando enfrentan su ciclo sin información confiable, lo cual disminuye su participación plena en actividades escolares, laborales o sociales.
Infraestructura y acceso a recursos: una realidad desigual
El estudio revela que 20% de las personas encuestadas no cuenta con infraestructura adecuada en sus hogares, escuelas u oficinas para gestionar su ciclo menstrual. Esto, en muchas ocasiones, impide la utilización de productos higiénicos en condiciones de confort y dignidad. En algunos estados, como Puebla, la situación es particularmente grave: casi el 77% de las consultadas afirma que en sus centros educativos o laborales no hay productos gratuitos disponibles. La falta de recursos y apoyo en estos espacios crea barreras que limitan la participación en diferentes ámbitos sociales, salud y educación.
Por otro lado, algunos estados muestran avances en la oferta de productos de salud menstrual en espacios públicos y privados, pero estas desigualdades aún persisten, afectando principalmente a comunidades vulnerables y zonas rurales. La Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual demuestra que garantizar recursos básicos y protección en estos entornos debe ser una prioridad para políticas públicas efectivas.
Mitos, estigmas y la importancia de la educación menstrual
Otro dato revelador es que muchas personas desconocen derechos fundamentales relacionados con la gestión menstrual. La iniciativa Ciclo M, organizada por Essity junto con UNICEF México y Menstruación Digna México, busca eliminar prejuicios y promover una cultura de respeto y conocimiento. En su segunda edición, el evento reunió a más de 260 asistentes, entre autoridades, legisladoras, influencers y estudiantes, abordando temas como la importancia de la educación menstrual en las escuelas y la necesidad de implementar políticas públicas que promuevan productos gratuitos y espacios dignos para toda la población.
Impacto del evento y el papel de las autoridades
Durante esta actividad, las autoridades educativas y legisladoras escucharon de primera mano las inquietudes y necesidades relacionadas con la gestión menstrual en la vida cotidiana de diferentes grupos sociales. La participación activa de estos actores es crucial para diseñar e implementar leyes y programas que garanticen derechos y acceso equitativo a recursos. La Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual subraya que aún hay mucho por hacer en materia de sensibilización y creación de infraestructuras que respalden una gestión digna del ciclo menstrual en todos los ámbitos.
Acciones que pueden transformar la realidad
Es necesario que los resultados de esta encuesta sirvan como base para acciones concretas que mejoren la calidad de vida de las personas menstruantes. La inversión en infraestructura, la distribución de productos gratuitos en centros educativos y laborales, además de campañas permanentes de sensibilización y educación, son pasos indispensables para disminuir las brechas existentes.
- Garantizar infraestructura adecuada en espacios públicos, colegios y empresas
- Implementar programas de distribución gratuita de productos menstruales
- Fomentar campañas de desmitificación y educación sobre la salud menstrual
Potenciar estas acciones ayudará a que la gestión menstrual deje de ser un tema de prejuicios y pase a ser un derecho fundamental. La eliminación de estigmas y la inclusión efectiva en políticas públicas fortalecerán la participación de todos en igualdad de condiciones, promoviendo una sociedad más saludable y respetuosa.
El futuro de la gestión menstrual en el país
Los hallazgos de la la Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual refuerzan la urgencia de avanzar en la creación de políticas públicas, programas educativos y acciones comunitarias que promuevan la equidad y el respeto hacia las necesidades de las personas menstruantes. La sensibilización social, el acceso a recursos, y la infraestructura adecuada en todos los ámbitos deberán ser prioridad para garantizar que la gestión menstrual deje de ser una barrera y pase a ser un derecho garantizado para todos. Solo con un esfuerzo conjunto, se podrá construir una sociedad más inclusiva, informada y respetuosa, donde la salud y dignidad de las personas que menstrúan sean una realidad tangible y duradera.
Invertir en educación, infraestructura y recursos no solo mejora la calidad de vida, sino que también contribuye a eliminar prejuicios y tabúes que durante mucho tiempo han limitado la participación plena en diferentes ámbitos. La Primera Encuesta Nacional de Gestión Menstrual marca un paso importante en la visibilización del problema, pero la verdadera transformación requiere compromiso y acciones concretas desde todos los sectores. La igualdad en el acceso y el respeto a los derechos relacionados con la salud menstrual serán la base para un entorno más justo y humano para todas las personas que viven su ciclo con dignidad.