Enfermedades

¿Qué son los acúfenos y qué tratamientos hay? Los expertos nos dan las claves

¿Sabías que al menos un 20% de la población padece de problemas de acúfenos? Cuando hablamos de los problemas auditivos, lo primero en lo que solemos pensar es en una hipoacusia o en sordera, sin embargo, hay trastornos auditivos como los que analizamos en este artículo que afectan a un elevado porcentaje de la población mundial. A continuación, te explicamos todo lo que necesitas saber sobre los acúfenos, cómo afectan a las personas que lo padecen y cuáles son los tratamientos existentes a fecha de hoy. ¡Sigue leyendo para más información!

¿Qué son los acúfenos y qué los provoca?

El problema de los acúfenos, también conocidos como tinnitus, tiene lugar cuando la persona que los experimenta escucha un sonido en el interior del oído que solamente puede ser percibido por ella misma. Es decir, se trata de una percepción del ruido en los oídos o, incluso, en la cabeza sin que exista una fuente exterior de sonido y sin la consiguiente vibración coclear que es la que permite que podamos escuchar los sonidos en cuestión. Los acúfenos son internos, es por esta razón por la cual el resto de las personas no pueden escucharlos —aunque depende de casos—. A menudo, estos sonidos son descritos como tintineos o pitidos constantes, también como un zumbido en el interior de la oreja. El problema de los acúfenos es que, si no se aprende a controlarlos, pueden repercutir en la calidad de vida de las personas ocasionando ansiedad, estrés y nerviosismo e, incluso, dificultando la concentración o los descansos a la hora de dormir.

Su origen no está claro del todo, aunque según explican los expertos del centro de audición en Arucas, quienes han tratado con éxito a varios pacientes con este problema, muchas de las personas que lo experimentan coinciden en algunos de los siguientes puntos:

– Hiperacusia o hipoacusia.

– Envejecimiento.

– Infección previa de otitis.

– Consumo de drogas u otros fármacos que hayan dañado el sistema auditivo.

– Padecer algunas enfermedades como ictus, tumores, esclerosis…

– Haber sufrido un fuerte traumatismo o lesión en la cabeza.

– Traumas acústicos a causa de la exposición a ruidos fuertes y constantes.

– Tapones de cera.

– Estrés y ansiedad.

– Malformación capilar.

– Desalineación de la columna cervical.

Tipos de acúfenos

Los acúfenos no son permanentes en todos los casos. En algunas ocasiones estos aparecen de manera puntual mientras estamos desarrollando alguna actividad. De hecho, la mayoría de las personas han padecido acúfenos alguna vez en la vida —incluso, hay ocasiones en los que estos pueden pasar desapercibidos por la persona que los padece—. El tratamiento de los acúfenos se vuelve esencial, no obstante, cuando estos son persistentes y tienen lugar con bastante frecuencia.

Cuando hablamos de acúfenos o tinnitus podemos encontrarnos con dos tipos, principalmente. Según explican los expertos, estos son los acúfenos subjetivos y los acúfenos objetivos. Los vemos con más detalle:

Acúfenos subjetivos: Estos acúfenos se producen sin que exista ningún estímulo acústico. Es decir, el sonido se percibe únicamente por la persona que lo padece. Se trata del 95% de los casos de acúfenos o tinnitus.

Acúfenos objetivos: En este caso, los acúfenos pueden ser escuchados tanto por el paciente como por el especialista. Por lo general, estos acúfenos son provocados por los vasos sanguíneos que causan un latido pulsátil y sincrónico perceptible en el oído. Es decir, se relacionan con los ruidos ocasionados por nuestro organismo. En este caso se encontraría también la respiración y las pulsaciones en la cabeza, entre otros motivos. Por lo general, suelen ser puntuales.

Según explican los especialistas, el estrés y la ansiedad pueden provocar un aumento de la presión arterial de los vasos sanguíneos en la cabeza. Esto se traduciría en la aparición de los molestos pitidos en el oído, así como de los zumbidos. Ahora bien, tanto en un tipo como en otro de acúfeno las causas que lo originan suelen ser inciertas. En algunos casos el motivo puede deberse a una malformación capilar, a un efecto secundario de un medicamento, a una desalineación de la columna cervical o a cualquiera de las causas mencionadas en el punto anterior.

¿Cuáles son los tratamientos posibles para los acúfenos?

Lo primero que hay que dejar claro es que los acúfenos no tienen un tratamiento específico. Ahora bien, esto no significa que no se pueda solucionar el problema o encontrar un remedio eficaz para poder silenciarlos. Lo primero que recomiendan los especialistas, antes que nada, es buscar la causa principal que pueda estar originándolos —para buscar una solución más efectiva—. En el caso de las personas que padecen de estrés y ansiedad se recomienda evitar las causas que las provocan para tratar los acúfenos. Por otro lado, si las personas padecen de pérdidas auditivas (hipoacusia) la solución al tinnitus puede estar en la utilización de audífonos. Ahora bien, en la mayoría de los casos, la técnica empleada suele consistir en lo que se conoce como terapia de reentrenamiento o terapia de habituación, conocida por sus siglas TRT. Estas técnicas tienen como fin devolver la normalidad a la vía auditiva que sufre una alteración central mediante la plasticidad neural. Las terapias trabajan el acúfeno a nivel subcortical —o en el subconsciente—. Para ello se pueden aplicar los siguientes métodos:

Terapia sonora: La terapia sonora se lleva a cabo mediante la generación de sonidos adicionales para que los oídos se centren en ellos. Al llevar a cabo esta técnica se está llevando a cabo una plasticidad neural, arrastrando los acúfenos a un nivel subconsciente. Esto hace algo no sean percibidos o que su presencia resulte mucho menos incomoda. Los audífonos cumplen una función similar ya que amplifican los sonidos exteriores cuando se padece hipoacusia, lo que hace que los acúfenos pasen desapercibidos —o a un segundo plano—.

Consejo terapéutico: Mediante el tratamiento terapéutico, el especialista ayuda al paciente a que se habitúe a los acúfenos eliminando el rechazo que provocan. La habituación, en este caso, permite convertir el acúfeno en una señal neutra para el cerebro que pasa finalmente desapercibida.