¿Qué pasó en el FIFARMA Annual Summit 2025?
El FIFARMA Annual Summit 2025 marcó un momento importante para discutir los avances y desafíos del sector farmacéutico y de salud en la región. La Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica ha puesto de manifiesto, a través de este evento, la necesidad de fortalecer la innovación, la inversión y el acceso a nuevos tratamientos, con el objetivo de generar un desarrollo más equitativo y resiliente en los sistemas de salud. La importancia de estos temas se refleja en los debates que reunieron a reguladores, actores del sector privado, organismos multilaterales y representantes de la sociedad civil, todos compartiendo la visión de un futuro donde la innovación médica sea una prioridad para mejorar la calidad de vida de todos los pacientes.
Uno de los aspectos que resaltó en el FIFARMA Annual Summit 2025 fue el análisis de la competitividad de los países latinoamericanos en materia farmacéutica e innovación. El Estudio de la Competitividad Farmacéutica e Inversión (BCI) 2025, elaborado por Pugatch Consilium, mostró que la región ha logrado avances en su entorno científico y clínico, con México emergiendo como un país con potencial creciente en investigación clínica, alcanzando un puntaje de 65.5 %. Sin embargo, aún persisten desafíos en áreas como el acceso a medicamentos y la protección de la propiedad intelectual. Brasil, aunque destaca por su sistema regulatorio robusto, tuvo una caída en su índice de protección de la propiedad intelectual, lo que subraya la necesidad de fortalecer este aspecto para atraer más inversión en innovación.
Estos avances evidencian que, a pesar de los progresos en infraestructura y capacidad tecnológica en la región, todavía hay un amplio camino por recorrer para garantizar un acceso más equitativo a los tratamientos innovadores. Los datos del W.A.I.T. Indicator 2025, presentado en el marco del mismo summit, revelan que solo el 44 % de los medicamentos aprobados a nivel global están autorizados en los países de América Latina, y apenas un 33 % de estos están disponibles en el sector público. Además, el tiempo de espera para que un paciente pueda acceder a una terapia innovadora en la región alcanza en promedio 5.6 años, desde la aprobación del medicamento hasta su disponibilidad real, lo que representa una barrera significativa para la salud pública.
Es fundamental que los esfuerzos se enfoquen en mejorar los mecanismos de financiamiento y eliminación de barreras regulatorias, aspectos que podrían facilitar que los avances en innovación lleguen a un mayor número de personas. La necesidad de dinamizar los sistemas de acceso, así como proteger la propiedad intelectual, quedó claramente evidenciada en la discusión del FIFARMA Annual Summit 2025. Solo así será posible lograr un equilibrio entre progreso científico y equidad en la distribución de recursos, impactando positivamente en el bienestar social.
El evento reafirmó que América Latina está en una etapa de crecimiento en capacidades científicas e institucionales, pero que para realmente aprovechar toda su potencialidad, es imprescindible una inversión sostenida en áreas clave, incluyendo salud, investigación clínica, y políticas públicas de innovación. La colaboración entre sectores y la implementación de políticas que prioricen el acceso a tratamientos innovadores serán clave.
El FIFARMA Annual Summit 2025 dejó en claro que, si bien los esfuerzos en investigación y desarrollo siguen avanzando en la región, la verdadera transformación del sistema de salud requiere una estrategia integral que abarque financiamiento, regulación y protección de la innovación. Solo de esa forma, los beneficios de la ciencia médica podrán llegar a todos los habitantes, mejorando la calidad de vida y fortaleciendo los sistemas sanitarios en un contexto cada vez más competitivo y desafiante.
La inversión en innovación y la mejora en el acceso efectivo a nuevas terapias deben ser considerados como prioridades para impulsar un cambio significativo en el panorama de salud en la región, donde las políticas públicas, el sector privado y la academia trabajen de manera conjunta hacia un objetivo común: una salud más inclusiva y avanzada para todos.