Enfermedades

¡Que la lluvia no dispare tu asma!

Es frecuente que a los niños pequeños las tormentas les causen temor, ya sea por los truenos, el viento y en ocasiones por los apagones que causan. Dichos miedos pueden perdurar en los adultos, pero hay personas a quienes una sencilla llovizna también les causa gran ansiedad, pues por increíble que parezca, este fenómeno climático tan común puede desatarles complejas crisis asmáticas.

El asma es una de las enfermedades crónico-respiratorias de inflamación tipo 2 cuyos síntomas más frecuentes son la opresión torácica, sibilancias, tos crónica y/o falta de aire, y a pesar de ser uno de los padecimientos más frecuentes, sus síntomas, gravedad y tratamiento son variables, ya que también se asocia con múltiples comorbilidades como la dermatitis atópica y poliposis nasal.

De acuerdo con la Iniciativa Global para el Asma (GINA, por sus siglas en inglés), se estima que a nivel mundial más de 300 millones de personas padecen algún tipo de asma desde la infancia o en edad adulta, mientras que en México el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER)estima que 8.5 millones de mexicanos tienen asma, de los cuales, 36% la padece a nivel moderado a grave.[1]

Y existe una gran variedad de factores que disparan sus síntomas, entre los que destacan el humo de tabaco, el tipo de dieta, la exposición a contaminantes, los cambios de temperatura, determinados ejercicios físicos, olores intensos (fragancias y limpiadores) o incluso algunos medicamentos o alimentos.[2]

Sin embargo, en el caso de las lluvias o tormentas, el mayor riesgo que tienen las personas que padecen asma es la exposición a pólenes y partículas de hongos, pues al caer las gotas de lluvia, estas rompen los granos de dichos alérgenos, rebotan y aumentan su presencia en el aire (esto produce el “olor a lluvia”). Por si esto fuera poco, las partículas del polen y esporas de moho se extienden a más áreas debido al viento.

Por ello, te brindamos los siguientes consejos para prevenir un ataque de asma durante la temporada de lluvias:

·        Mantente alerta del pronóstico del tiempo para prever qué días habrá lluvia.

·        Durante la temporada de lluvia, evite realizar actividades al aire libre, sobre todo si han presentado síntomas de la enfermedad en las últimas dos semanas.

·        Si es necesario que salir, hazlo utilizando cubrebocas o bufanda sobre boca y nariz para disminuir la cantidad de alérgenos que aspiramos.

·        Mantén cerradas puertas y ventanas, y espera al menos una hora después de que llueva, o llovizne, para abrirlas, así permitirás que las partículas de polen y moho se dispersen

·        Evita salir a caminar o a realizar algún ejercicio en superficies donde haya pasto aún húmedo. Al pasar cerca o sobre el te expones a los alérgenos mencionados

·        Recuerda tener a la mano los medicamentos de rescate indicados por tu médico especialista

Pero, sobre todo, no dejes de acudir con el alergólogo, inmunólogo o neumólogo para que te asigne un tratamiento acorde a tus necesidades.

¡Conocer más sobre la enfermedad, es la mejor manera de controlarla!

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