Al buscar un nuevo colchón lo más recomendable es evaluar todas las alternativas disponibles, como su firmeza, durabilidad, tamaño, composición, entre otros factores, y en base a ello elegir el que mejor se adapte a tus necesidades. Entre las opciones que ofrece el mercado se encuentran los colchones ortopédicos y una de las preguntas más habituales que surgen es sobre si son los más adecuados para usar o no. Así que, para que tengas una mejor visión sobre este tipo de colchón, veamos todas sus características.
¿De qué están compuestos los colchones ortopédicos?
Usualmente los materiales con los que están hechos este tipo de colchones son viscoelástica, espuma, látex o capas plásticas rellenas de agua o aire.
La función que cumple la espuma es la de amoldarse al cuerpo, de acuerdo a la presión y calor que genera, envolviéndolo hasta concentrar el calor en ciertas áreas para generar mayor comodidad.
En el caso de los fabricados con látex, poseen las mismas características que los colchones de espuma, aunque generan menos calor, lo cual puede ser ideal para aquellas personas que no les gusta sentirse sofocados.
Por su parte, los colchones de aire vienen siendo los más ligeros de todos y los que presentan menos desgaste. Su nivel de firmeza se puede adaptar, regulando la cantidad de aire contenida en su interior, aunque con el tiempo, suelen perder aire, por lo que es necesario chequearlos con frecuencia.
Mientras que los colchones de agua, garantizan el soporte completo del cuerpo, manteniendo controlada la temperatura. De igual forma, su firmeza se puede regular en función a la cantidad de agua que contenga internamente.
Especificaciones de los colchones ortopédicos
Los colchones ortopédicos se caracterizan por ser antialérgicos, ya que son envasados al vacío con el objetivo de protegerlos contra aquellos organismos que puedan provocar reacciones negativas en el cuerpo, como las bacterias y hongos.
A diferencia de los colchones tradicionales, los ortopédicos carecen de sistemas de resortes que por lo general producen algún tipo de ruido a medida que pasa el tiempo, lo que quiere decir que, no tendrás que preocuparte por tener incomodidades al momento de acostarte. Asimismo, los colchones ortopédicos tienden a durar muchos años de vida útil por el hecho de no llevar resortes, lo cual hace que su desgaste sea menor.
Otro aspecto que los caracteriza es que son capaces de reducir los dolores tanto musculares como articulares, contribuyendo a mejorar la circulación sanguínea y con ello el descanso de la persona, logrando una óptima recuperación durante la noche. Por lo que, si sufres de dolores de espalda, pueden ser una gran opción. Aunque existe la posibilidad de que en las primeras noches de sueño sientas algunas molestias, esto se debe a que necesitas adaptarte al colchón, pues en este proceso el cuerpo estará aprendiendo a corregir malas posturas que realmente son las causantes de los dolores.
La ventaja que tienen los colchones ortopédicos entre el resto es que pueden adaptarse al movimiento del cuerpo, es decir, si duermes con tu pareja en un colchón ortopédico matrimonial, los movimientos que esta haga no interferirán en tu descanso y viceversa. Aunque también debes saber que existen diversos tipos de colchones ubicados en esta categoría.
Tipos de colchones ortopédicos disponibles en el mercado
La modalidad de colchones ortopédicos varía en función de las necesidades del individuo, pues algunos tienen niveles de dureza más o menos elevados y en función a esto y otros aspectos su precio también cambia.
Colchón con núcleo de espuma
Estos fácilmente se acoplan al cuerpo de la persona mientras duerme, gracias a la espuma viscoelástica que ejerce menos presión sobre el cuerpo, logrando que la columna vertebral y cuello descansen de forma correcta. Aunque tienden a ser un poco más duros que los colchones comunes.
Colchones viscoelásticos
Estos suelen ser los más demandados para el uso doméstico, ya que son capaces de adaptarse a la forma del cuerpo del individuo, reduciendo la presión en las zonas con mayor sensibilidad como la columna y el cuello. Y lo mejor de todo es que pueden volver a su forma original una vez que la persona se levanta, conservando así sus propiedades por más tiempo.
Colchón con muelle de hilo continúo
Su núcleo está compuesto por un bloque de muelles unidos y ajustados entre sí, que hacen que funcionen como una sola pieza, y su firmeza es superior en comparación con el sistema de muelles no ortopédico.
Colchón con muelles ensacados
Los colchones ortopédicos de muelles ensacados poseen un núcleo formado por muelles embolsados individualmente y estos a su vez se clasifican por tener o mayor número de muelles o muelles con mayor dureza. Los que significa que, pueden soportar mayor cantidad de peso. Y, a diferencia de los ortopédicos de hilo continúo, estos ofrecen mejor capacidad de adaptación.
Colchón ortopédico con muelles
Se caracterizan por ser transpirables, lo cual los convierte en la opción ideal para aquellas personas que sufren cuando hace mucho calor. En cuanto a su firmeza, es alta, pero garantiza el confort del usuario mientras duerme.
Colchón ortopédico antiescaras
Su objetivo principal es prevenir que se produzcan heridas por el roce, como aquellas que surgen cuando la persona permanece mucho tiempo en la cama o por agentes como el sudor o la incontinencia. Los colchones ortopédicos antiescaras están compuestos por un material sintético que se llena de espuma viscoelástica, agua o aire para disminuir la presión entre el colchón y el cuerpo, con lo cual ayudan a evitar la aparición de lesiones.
Colchones ortopédicos clínicos
Son utilizados en los centros de salud y cuidado como hospitales, geriátricos, entre otros. Su nivel de dureza es mayor a la de otros colchones, pero no por eso dejan de adaptarse al cuerpo para generar comodidad.
En el caso de los colchones anatómicos de uso clínico, estos son diseñados con el fin de facilitar la esterilización, de manera que pueden ser usados por muchas personas a lo largo de su vida útil.