Industria Farmacéutica

Propiedad intelectual e innovación, claves para el desarrollo social y económico

Hay una correlación entre los índices de innovación y de desarrollo humano.

La propiedad intelectual y la innovación no solo tienen impacto en la economía o en el clima de inversión, sino también tienen un efecto positivo en el desarrollo social, afirmó este jueves el director de Propiedad Intelectual de la Asociación Mexicana de Industrias de Innovación Farmacéutica (AMIIF), Fernando Portugal.

Hay una correlación entre los índices de innovación y de desarrollo humano entre al menos cinco países desarrollados como Suiza, Suecia, Países Bajos, Dinamarca y Alemania, dijo el directivo durante el webinar “Valor de la Propiedad Intelectual para la salud y el crecimiento: los beneficios económicos de fortalecer el entorno para la innovación en México”, organizado por el Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara.

Destacó que pareciera existir una correlación directa entre los altos índices de esperanza de vida con los altos estándares de protección de patentes y otros derechos derechos de propiedad intelectual, y afirmó que esos estándares no son obstáculos para los sistemas de salud.

Dio como ejemplos los casos de Japón, España, Suiza, Australia, Italia, Singapur, Francia, Corea del Sur, Canadá e Israel.

Sobre la infraestructura de investigación científica en México, Portugal declaró que tiene un alto nivel pero que, sin embargo, todavía hace falta estrechar la vinculación entre sector académico y las empresas, por lo que hace falta más contacto entre ambos sectores.

“Lo que falta es incentivar más la comunicación entre universidades y empresas, no solo en México sino del extranjero”, aseveró.

También sugirió que se debe difundir la necesidad de que existan fondos público-privado para impulsar la investigación en el país y que las universidades comuniquen con mayor efectividad lo que están desarrollando.

Sobre el renovado tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá, que el primero de julio cumplió su primer año, aseguró que tanto en el T-MEC como la nueva Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial se observan estándares muy altos, pero que lo importante es que se apliquen y que haya un compromiso de las autoridades con la observancia de los mismos.

En su turno, el director de Operaciones y Política Internacional de la Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica (FIFARMA), Juan Carlos Trujillo, declaró que gracias a la propiedad intelectual la industria farmacéutica pudo responder con rapidez a la crisis sanitaria actual.

Afirmó que la investigación partió de productos y compuestos, conocimiento y capacidad de investigación que se habían desarrollado a través de los años.

Manifestó además que ningún otro sector tiene la infraestructura ni los recursos necesarios para lograr responder a la pandemia.

Sostuvo que la propiedad intelectual protege e incentiva la innovación y asegura que se siga investigando y desarrollando nuevos medicamentos.

Dijo que la industria biofarmacéutica se ha comprometido a trabajar con gobiernos para garantizar que una vacuna o tratamiento esté disponible y sea asequible para los pacientes que los necesitan.

Recordó que la edición 2019 del Índice de Competitividad Biofarmacéutica, que evalúa los ecosistemas para inversión, destaca a México ligeramente frente al resto de los países latinoamericanos.

Sin embargo, contrastó, el índice halló áreas de oportunidad para atender. Por ejemplo, las capacidades nacionales de investigación y desarrollo se ven obstaculizadas por brechas en infraestructura y por el poco presupuesto asignado a la ciencia, por lo que se deben desarrollar más oportunidades de transferencia de tecnología en productos biofarmacéuticos.

En tanto, el director general de Interpat, Andrew Jenner, consideró que las oficinas de transferencia tecnológica en México están obstaculizadas y que no se ve una fluidez entre la academia y el sector privado, por lo que una tarea pendiente es generar lazos de confianza.

Tras recordar el estudio que la consultoría de estrategia y políticas hizo sobre el ecosistema en México, dijo que los innovadores buscan continuidad en las políticas públicas, por lo que es importante que los gobiernos nuevos no borren todo lo hecho previamente.

Agregó que se debe alentar la capacitación de la fuerza laboral y que se quede el recurso humano en sus países de origen.

Tim Wilsdon, vicepresidente de Charles River Associates y responsable de liderar el sector de políticas en la práctica mundial de las ciencias de la vida, destacó la importancia de las alianzas entre la academia y el sector privado.

Además, declaró que debe ser más rápida la aprobación de los estudios clínicos en México para que haya una evolución en el ecosistema.

Todos los ponentes coincidieron en la importancia de la innovación para el desarrollo de terapias que mejoren la calidad de vida de las personas, pero además en lo fundamental que resulta que las innovaciones lleguen a la gente, y eso solo es posible con la colaboración entre academia, empresas y autoridades.

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