Salud y Vida

Problemas de salud que pueden derivar de una inadecuada higiene íntima

La higiene íntima debe ser tomada como una actividad prioritaria en la rutina diaria de cualquier persona, pues al igual que es importante ducharse o lavarse los dientes y las manos todos los días, también es imprescindible que limpiemos nuestra zona genital correctamente.

Sin embargo, llevar a cabo esta tarea muchas veces puede resultar un reto que se termine realizando de forma inadecuada o inexistente, lo que puede deberse principalmente al desconocimiento de la salud íntima o a otros factores como la desidia o incapacidades psíquicas y físicas en la persona.

Si bien, hoy en día somos una sociedad avanzada en diferentes ámbitos, también es una realidad el hecho de que aún existe el desconocimiento sobre cómo debe practicarse la higiene íntima de forma adecuada en los seres humanos, ya que todo lo relacionado con los genitales, continúa siendo un tabú en algunas culturas y sectores de la sociedad, por lo que es un tema del cual se habla muy poco o directamente no se toca. 

Llevar una escasa o nula higiene en la zona íntima, puede derivar en problemas, incomodidades o enfermedades como la cistitis o vaginosis, que pueden requerir la asistencia de un médico especialista. Así que, para prevenir que ocurra este tipo de eventos, debemos saber cuidar y limpiar nuestra zona genital de la mejor manera posible.

En este apartado estaremos abordando el tema de la salud íntima y las posibles consecuencias que puede conllevar el no tener una buena higiene en los genitales, además de compartirte algunos consejos que puedes tomar en cuenta para mejorar tus hábitos de higiene íntima, seas mujer u hombre.

Consecuencias de no llevar una buena higiene íntima

Los problemas asociados a la falta de higiene íntima pueden afectar tanto a las mujeres como a los hombres. Veamos cuáles son las enfermedades más comunes derivadas de esta problemática.

Malos olores

Los malos olores representan el signo más evidente de la falta de higiene en general. En el caso de la zona íntima se producen hedores fuertes y muy desagradables, lo cual en su mayoría indica la aparición de bacterias y hongos que pueden afectar la salud del individuo.

Infección de orina

Este tipo de afección generalmente se trata de la cistitis bacteriana, la cual es una infección que afecta a la vejiga provocando una inflamación, debido a que las bacterias del intestino grueso, como la Escherichia coli se alojan en las paredes de la vejiga proliferándose. Esta infección más allá de las incomodidades que puede causar en la persona, debe ser tratada adecuadamente, puesto que si se complica puede llegar a afectar otros órganos como los riñones o en el caso de los hombres, la próstata. 

Infecciones por transmisión sexual

Las infecciones por contacto sexual pueden generan sensaciones desagradables como el ardor, comezón, dolor al miccionar o al tener relaciones sexuales, además de producir olores fuertes en los genitales, flujo blanco, amarillento o verde, úlceras, llagas, verrugas e incluso cambios en el color o la textura de la vulva, pene o testículos.

Irritaciones e infecciones vaginales

Tener una higiene en la zona vaginal inadecuada puede provocar la acumulación de sustancias irritantes que produzcan malestar en la paciente. El uso de productos de higiene íntima incorrectos o abusar de otros cosméticos como los desodorantes, por ejemplo, también pueden ser los causantes de una irritación.

En cuanto a las infecciones vaginales, estas pueden producirse en forma de vaginosis bacteriana, la cual se caracteriza por presentar secreciones atípicas y picores en el área genital que, si no se tratan como es debido, pueden llegar al cuello del útero, haciendo que se desarrolle la cervicitis. Además de la falta de higiene, esta enfermedad puede ser causada por una alteración en el pH de la zona, haciendo que las bacterias crezcan y se multipliquen con mayor rapidez.

Prácticas a implementar para tener hábitos de higiene íntima adecuados

A continuación, te mostraremos algunas de las actividades que puedes realizar para mantener tu zona íntima limpia y cuidada. 

Lavado diario de la zona genital externa

La limpieza de los genitales debe hacerse con abundante agua y un jabón específico y no el que se utiliza para el resto del cuerpo, ya que la piel en esta zona es más sensible y posee ciertas características especiales que deben ser tratadas con sumo cuidado para no causar sequedad, irritaciones o picores.

Los productos íntimos deben tener un pH adecuado para mantener la acidez existente en dicha zona y que sirve de protección natural contra agentes infecciosos. Asimismo, los productos utilizados deben ser suaves y amigables con la piel y contener activos hidratantes y protectores.

En el caso de las mujeres, el lavado debe realizarse únicamente en la zona vulvar externa, pues la parte interna no necesita de ninguna limpieza debido a que el cuerpo naturalmente se encuentra preparado para mantener aseada y en buen estado tal zona, gracias al sistema inmunológico y a la acción protectora de la microbiota habitual del área vaginal.

Mientras que los hombres, deben asegurarse de limpiar correctamente el sudor que queda en la zona de la ingle y descubrir el glande, llevando el prepucio hacia atrás para eliminar los restos de sudor y esmegma que se concentran debajo del glande y con ello evitar que se concentre suciedad y bacterias en esa zona.

También se recomienda lavar los genitales después de haber tenido relaciones sexuales, para evitar la formación de bacterias y otros agentes nocivos para la salud.

Limpiarse de adelante hacia atrás

Limpiarse, ya sea después de ir al baño o a la hora de realizar la higiene diaria en la ducha, es una actividad que debe hacerse con movimientos de adelante hacia atrás. Es imprescindible que tengas esto en cuenta, ya que, si lo realizas en sentido contrario, corres el riesgo de arrastrar los microorganismos presentes en el ano y sus alrededores a la zona vulvar, aumentando las posibilidades de crear infecciones.

No utilizar esponjas o cualquier otro accesorio para limpiar la zona íntima

La mejor herramienta para lavar tus genitales son tus propias manos, pues el uso de esponjas además de proliferar los gérmenes que se suelen conservar con la humedad, pueden provocar irritación o quemaduras por el roce con la piel. Por lo tanto, para llevar una correcta higiene de tus partes íntimas, debes aplicar el producto sobre la yema de tus dedos y esparcirlo por la zona a limpiar, la cual debe estar previamente humedecida y enjuagar con abundantemente agua para evitar que queden restos de jabón que causen picor o irritación en los genitales.

Evitar las duchas vaginales

Las duchas vaginales no son recomendables, ya que generan un desequilibrio en la flora bacteriana de la parte interna de la vagina y en caso de tener una infección, el flujo de agua podría arrastrar las bacterias y microorganismos hacia el interior, empeorando la enfermedad.

No usar ropa apretada

La ropa interior apretada puede acumular secreciones y humedad en la zona genital, por lo que se recomienda utilizar prendas holgadas y de algodón para reducir la probabilidad de transpiración.

No utilizar desodorantes íntimos

Evita usar productos como las toallitas, los desodorantes y otros que contengan perfumes o alcohol, ya que estos al igual que las duchas vaginales pueden alterar la flora bacteriana y ocasionar molestias e irritaciones en la zona genital.