Nutrición

¿Por qué creemos que una alimentación saludable es cara?

El 50% de los mexicanos estiman que la comida saludable es cara. Esto se convierte en una de las principales barreras para adoptar una alimentación balanceada.

Es muy común escuchar a las personas que el primer obstáculo que encuentran para lograr una alimentación sana es su precio. Lo anterior debido a que el consumidor piensa que debe gastar considerablemente para obtener una dieta que incluya productos naturales  y libre de conservadores.

La editora de la revista British Medical Journal, Navjoyt Ladher, tiene una explicación sobre este mito. En su publicación Nutrition science in the media: you are what you read,la experta detalla que la información mediática de los productos sanos suele estar incompleta y genera mensajes confusos sobre qué se debe comer. 

Navjoyt Ladher señala que el marketing alimentario causó que las audiencias tengan poca o nula información sobre el valor nutricional de un producto con base en su costo. Al estar desinformado, el consumidor confía en que un alto precio es un indicador de que los alimentos son de buena calidad. Es decir, la percepción general de que la comida saludable, que se vende como el máximo estándar, tiene altos precios es una realidad promovida por el mercado.    

Para entender más este fenómeno social, la Dra. Rebecca Reczek, especialista en comportamiento del consumidor y catedrática de la Universidad Estatal de Ohio, llevó a cabo una investigación. El estudio consistió en un experimento en el cual se exhortaba a distintas personas a probar “la barra de proteína más saludable del mundo”. 

Reczek notificó a cada uno de los participantes que el costo promedio de una barra es de dos dólares, pero que la de ellos era de 99 centavos. A pesar de que se les explicó las razones del por qué el producto aporta mayores nutrientes, la mayoría de los invitados no creían que ese precio fuera el real. Esto debido a que su perspectiva comercial está fuertemente arraigada en que un elevado costo es sinónimo de salud. 

Bajo este contexto, el consumidor se quedó con la idea de que todo lo que tenga la etiqueta de saludable también debería ser caro, sin importar cual sea su origen. Ya sean frutas, verduras o artículos naturales, ese punto de vista genera un rechazo incluso antes de hacer las compras en el supermercado. 

En la investigación Is a healthy diet affordable? del Instituto de Asuntos Económicos (IAE) de Inglaterra se estima que al seguir la Guía de Eatwell, uno de los modelos de alimentación más exactos del mundo, la gestión del presupuesto familiar o personal es más efectiva. El organismo añade que cambiar por versiones saludables de insumos básicos sí es posible sin absorber un elevado costo adicional.

El IAE enfatiza que comprar frutas o verduras de temporada y cocinar con productos naturales son prácticas más rentables de lo que parecen. Además, agrega que con una dieta sana es más probable que una persona reciba  los nutrientes necesarios con una sola comida en comparación con los  alimentos procesados, lo que en el futuro le ahorrará gastos médicos.  

Si se piensa en los beneficios de los productos naturales en la salud (como señala la IEA), el comprar este tipo de productos resultará favorecedor en cuanto a su costo. Por ejemplo en YEMA, el primer supermercado consciente de México, brinda una versión natural de la famosa crema de avellanas. Mientras que las marcas comerciales apenas alcanzan un 13% de avellanas mezcladas con altas cantidades de azúcar, la oferta de YEMA contiene 78% de la nuez tostada y otras fuentes naturales que son más favorables para el cuerpo. 

Finalmente, la agencia de datos Nielsen señala que el 50% de los mexicanos creen que los precios sí son un impedimento para comprar alimentos saludables. La solución más efectiva para reducir esa cifra es promover la información correcta sobre esos productos, ya que de esa manera se motivará la adopción de un estilo de vida más sano.

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