Obesidad

Obesidad, la pandemia que podría ser más letal que el COVID-19 en México

Desde 2016, la Secretaría de Salud había emitido una declaratoria de emergencia epidemiológica para todo el territorio nacional ante la magnitud y trascendencia de los casos de diabetes mellitus, asociados al sobrepeso y la obesidad, incrementando significativamente los decesos por diabetes de 104,354 en 2019 a 152,467 en 2020.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como “pandemia” aquellas enfermedades de propagación mundial. En el caso de la obesidad, es una pandemia de tipo no infecciosa, es decir, no se contagia. Actualmente, alrededor del mundo el exceso de peso que afecta la salud se ha triplicado, especialmente en los entornos urbanos. Cada año mueren 2.8 millones de personas por enfermedades relacionadas a la obesidad y sobrepeso.

En México, 35% de los hombres y 46% de las mujeres en edad adulta tienen obesidad, es decir, uno de cada tres hombres y poco menos de la mitad de las mujeres. Mientras que factores como el cambio de régimen alimenticio, las limitaciones de áreas para realizar ejercicio y el sedentarismo producto del confinamiento han agudizado estos problemas de salud. En este sentido, las enfermedades relacionadas con el sobrepeso reducirán la esperanza de vida en México en más de 4 años durante los próximos 30 años. Se trata de la mayor reducción proyectada entre los países de la OCDE.

Los altos niveles de sobrepeso y obesidad también afectan el desempeño económico de México, ya que el sobrepeso y las enfermedades relacionadas a este padecimiento, reducirán la fuerza laboral en el equivalente a 2.4 millones de trabajadores de tiempo completo por año, debido a que las personas con sobrepeso y enfermedades relacionadas tienen menos probabilidades de estar empleadas y, en caso de estarlo, tienden a ser menos productivas.

Asimismo, supondrán cerca del 8.9 % del gasto en salud por año durante el período 2020 a 2050; y le restará al PIB mexicano 5.3 puntos porcentuales, un porcentaje muy superior al promedio de la OCDE del 3.3 %, una cifra que ya de por sí es demasiado alta. De hecho, México es el país de la OCDE en donde el sobrepeso, la obesidad y sus enfermedades derivadas tendrán el impacto más grande en el PIB entre 2020 y 2050.

Por otro lado, se ha observado que a raíz de la pandemia de COVID-19, esta problemática solo se ha agravado, ya que de acuerdo con los datos de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (Canainca) y Grupo Kantar, se incrementó la compra de harinas preparadas, congelados, refrescos y aderezos en hasta un 20%, datos que reflejan cambios alimenticios que la población adquirió durante la cuarentena.

Ante este contexto, es prioritario que la población mexicana adopte buenos hábitos de alimentación, practique alguna actividad física y vigile su salud constantemente. Asimismo, la ciencia ha desarrollado nuevos procedimientos médico que coadyuvan en el tratamiento de esta enfermedad como el balón intragástrico ajustable de 12 meses que ha demostrado ser el método no invasivo más efectivo y con menor riesgo para tratar la obesidad, ya que permite modificar su volumen durante el tratamiento, incrementando la pérdida de peso.

La mala alimentación y el sedentarismo son factores determinantes para desencadenar estas enfermedades que podrían llegar a costarle 10 años en la esperanza de vida a los mexicanos. De esta forma, es necesario reforzar la información y concientizar a la población sobre los graves riesgos de esta pandemia que podría causar más estragos que el COVID-19.

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