La investigación clínica es uno de los recursos más
valiosos que tiene la ciencia médica para encontrar nuevas y mejores soluciones
a problemas de salud, por eso MSD busca expandir cada vez más esta práctica en
todas las regiones del mundo en las que opera.
MSD está comprometida con la investigación en enfermedades que siguen siendo
desafiantes en el mundo. En México tiene en marcha diversos estudios clínicos
que son liderados por un área especializada, cuyo único objetivo es contribuir
con investigación para el desarrollo de terapias que mejoren las expectativas
de vida de los pacientes.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), los estudios clínicos
son un tipo de investigación que estudia nuevas pruebas o tratamientos y evalúa
sus efectos, así como sus resultados, en la salud de las personas que se
ofrecen como voluntarios para participar en ellos.
La Dra. Alexandra Barajas, Directora de Investigación Clínica en MSD México,
señaló que los estudios clínicos son esenciales en los rigurosos procesos de investigación
que llevan al desarrollo de nuevas terapias y la participación voluntaria de
los pacientes los hacen posible.
“Los pacientes que colaboran en un estudio clínico, deben tener la certeza que
estos se realizan bajo estrictos principios éticos, con la aprobación de las
autoridades sanitarias y regulatorias del país. En todo momento se respetan sus
derechos y su seguridad; su bienestar prevalece sobre los intereses de la
ciencia, comentó la Dra. Alexandra Barajas.
Actualmente, los estudios clínicos abarcan cuatro tipos de pruebas:
medicamentos y/o biológicos, conductuales, procedimientos quirúrgicos y
dispositivos médicos. En el desarrollo de un estudio clínico se identifican
cuatro fases:
Fase I: se prueban nuevos medicamentos en grupos pequeños de personas, para evaluar rangos de dosis seguras e identificar efectos secundarios.
Fase II: se amplía el grupo de personas en las que se prueba, para seguir identificando efectos adversos.
Fase III: se extienden a poblaciones más grandes y en diferentes regiones y países.
Fase IV: se crece la población en la que se hace la
prueba y se mantiene por un periodo de tiempo más largo.
Los pacientes apoyan a corroborar la seguridad y
efectividad de los nuevos tratamientos que son resultado de años de
investigación. Además, contribuyen a tener mayores indicios y conocimiento
sobre las enfermedades, que pueden derivar en su prevención, así como a mejorar
la calidad de vida de los pacientes.
“Agradecemos a todos los voluntarios que forman parte del riguroso proceso de
investigación que nos lleva a desarrollar nuevos tratamientos, ellos son
nuestros socios en la investigación”, puntualizó la Dra. Barajas.