Madres y Bebes

Lo que debes saber sobre la forma de dormir de los niños

¿Sabías que la posición en la que duermen los niños puede darnos algunas señales sobre cómo es su personalidad y carácter? En este apartado te contaremos todo lo que debes saber para comprender un poco mejor a los más pequeños de la casa.

A lo largo de la historia se han llevado a cabo diversos estudios, investigaciones y análisis sobre el comportamiento del ser humano, y uno de ellos se encuentra relacionado con la postura que solemos adoptar cuando dormimos, pues de acuerdo con el investigador y coordinador en el Instituto del Sueño del Reino Unido, Chris Idzikiwsky, la posición de dormir está relacionada con una personalidad determinada, lo que quiere decir que la postura que tienen los niños en la cama, puede revelar mucho acerca de su carácter.

Cuando tratamos con un bebé recién nacido, debemos ser extremadamente cuidadosos, sobre todo cuando tenemos que acostarlo para que duerma en su cuna, recordemos que al ser tan pequeño e indefenso no tiene la capacidad de moverse por sí mismo, y debemos ser nosotros quienes nos encarguemos de colocarle boca arriba para que su respiración no se vea interrumpida por ningún objeto. Sin embargo, conforme va creciendo, el bebé va adoptando la posición que más cómoda le resulta al dormir. A algunos les gusta moverse durante toda la noche buscando la postura ideal, otros concilian el sueño sin tener que dar tantas vueltas y unos más adoptan posiciones un tanto peculiares.

Posiciones más comunes que adoptan los niños a la hora de dormir

Independientemente de cuál sea el caso, los expertos señalan que, en base a la postura que la persona (niño o adulto) adopte al dormir, se pueden llegar a conocer rasgos de su personalidad. Veamos a continuación, las 6 formas de dormir más habituales entre los más pequeños de la casa.

1. Posición de tronco

Si tu hijo duerme de costado y con las piernas juntas y estiradas, entonces adopta la posición de tronco. Los niños que utilizan esta postura al dormir tienden a ser sociables y les gusta relacionarse con otros niños, además de confiar en los demás y participar en grupos. De igual forma se caracterizan por ser un poco inocentes desinhibidos y relajados.

2. Posición fetal

Otra de las posturas más comunes que los niños suelen tener mientras duermen es la fetal, que básicamente consiste en colocarse de lado, con las piernas encogidas sobre el estómago. Esta posición es parte del instinto de acurrucarse, el cual se encuentra relacionado con la sensibilidad. Los pequeños que suelen utilizar esta postura para dormir pueden parecer tímidos en un principio, pero a medida que ganan mayor confianza se vuelven cariñosos y afectivos, siendo también muy emocionales.

3. Posición del soldado

Esta postura la tienden a utilizar los niños con personalidades más reservadas, aquellos que son callados e introvertidos y que por lo general no les gusta hablar de ellos mismos. La posición del soldado consiste en dormir boca arriba, con las manos estiradas y pegadas al cuerpo y las piernas ligeramente separadas y estiradas por completo. Estos pequeños además se caracterizan por ser personas leales y le dan especial valor los lazos que establecen con los demás.

4. Posición del melancólico

Esta postura es un poco más complicada que las anteriores, pues básicamente consiste en permanecer acostado de lado, con la espalda recta, pero con las piernas un poco dobladas hacia el frente y las manos estiradas o por debajo de la almohada (si utiliza una). Los niños que practican esta posición al dormir, por lo general tienen una personalidad un poco más compleja. Pueden ser amistosos y sociables, pero también son más desconfiados y pueden ser muy testarudos.

5. Posición estrella de mar

Esta postura es una de las menos practicadas. Se trata de una posición en la que el niño duerme tumbado sobre la espalda, con las piernas un poco abiertas y estiradas y los brazos apuntando hacia arriba mientras rodean la almohada. Quienes utilizan esta postura para dormir se caracterizan por ser generosos, altruistas y con buenos sentimientos. También suelen mostrar interés por los demás, por lo que tienen la capacidad de hacer amistades con facilidad, aunque no les gusta ser el centro de atención, sino más bien quedarse en un segundo plano cuando están reunidos con amigos.

6. Posición de caída libre

La última posición de la lista tiene este particular nombre porque da la impresión de que la persona ha caído desde el cielo. Los niños que adoptan esta postura duermen boca abajo con la cabeza girada hacia un costado y las manos debajo de la almohada o estiradas hacia arriba. Su personalidad por lo general es muy independiente y disfrutan mucho de la libertad, por lo que no les agrada que les digan lo que tienen que hacer ni les gustan las críticas.

Factores que influyen en la personalidad de los niños

Si bien es cierto que la personalidad y forma de ser de los niños se ve en parte ligada a la genética, también es verdad que existen ciertos factores que pueden influir en la construcción de la personalidad de los pequeños y que van más allá de su postura al dormir. Veamos cuáles son a continuación:

  • Valores y creencias: valores como el respeto, la empatía, la tolerancia, la generosidad, la igualdad, la responsabilidad, la confianza, la equidad, la honestidad y demás, deben ser inculcados en los niños desde muy pequeños para que al crecer se conviertan en cualidades que los ayuden a desarrollarse como personas de bien. Además de los valores inculcados, también es importante que existan normas, límites y creencias que conformen el comportamiento de los niños para ir moldeándolos a medida que vayan creciendo.
  • Amor por parte de su familia: al igual que los valores y creencias, también es imprescindible que los niños sientan el cariño y amor de sus padres y familiares, esa parte afectiva es fundamental para formar el carácter de una persona. Las muestras de afecto que recibe desde niño, junto con el vínculo de apego que establece con sus padres serán factores determinantes en el desarrollo de sus acciones.
  • Entorno: las personas que se encuentran alrededor de un niño no solo pueden condicionar su forma de pensar o actuar, sino que también pueden definir ciertos rasgos de su forma de ser. Las experiencias, las relaciones con los demás y la observación directa son aspectos que poco a poco se van quedando con el niño durante su crecimiento y van moldeando su personalidad. Por ello, es muy importante que como padres seamos capaces de velar por nuestros hijos y garantizarles una infancia saludable, en un ambiente apropiado para que sus experiencias sean lo más positivas posibles.
  • Habilidades sociales: otro factor que influye en la forma de ser de un niño y que se desarrolla en la primera etapa de la infancia y se va consolidando conforme se acerca a la adolescencia son las habilidades sociales. Por esta razón, el modo en que los niños hacen amistades con otros y cómo se relacionan con personas desconocidas también va a tener repercusión en la personalidad de cada uno.

Entender a los niños, escucharlos y respetar sus deseos y decisiones desde pequeños es clave para convertirlos en adultos responsables, empáticos y buenos con el resto.  

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