Salud y Vida

Lo que debes saber del síndrome de Edificio Enfermo y cómo minimizar los efectos

Vivimos preocupados por los elevados índices de contaminación que hay en la ciudad y creemos que en la oficina o en casa estamos a salvo. Sin embargo, no es así: de acuerdo con estudios de la Organización Mundial de la Salud, en un lugar cerrado puede haber hasta cinco veces más contaminación que en la calle. 

Las malas condiciones de ventilación en las oficinas y en casa, son causante de alergias, irritación en ojos, nariz y garganta, sequedad en la piel, dolor de cabeza, dificultad para concentrarse, irritabilidad, náuseas, mareos y fatiga.

Contrario a lo que podría creerse, enfermarse en la oficina no es causado por el aire acondicionado como tal, sino por la falta de higiene en los ductos de ventilación, la humedad y polvo en las alfombras o compuestos volátiles que se desprenden de la madera, pintura, copiadoras, etc. Esto se conoce como: síndrome del edificio enfermo (SBS, por sus siglas en inglés) y se presenta también en las casas.

El síndrome de edificio enfermo propicia enfermedades recurrentes en las personas con una exposición prolongada al polvo, aerosoles, químicos para hacer la limpieza, humo de cigarro, por mencionar algunos factores. Es un problema que pasa desapercibido y puede confundirse con otras causantes, como las alergias estacionales o gripa; lo cierto es que muchos de los lugares en los que trabajamos o habitamos no cuentan con medidas necesarias para brindarnos un entorno libre de agentes que dañan la salud.

Por eso, te presentamos 5 consejos útiles para mantener un entorno limpio, recomendados por la Escuela de Salud Pública de Harvard y Dyson:

  1. Purifica tu entorno: Quienes habitan en ciudades o áreas transitadas, deben considerar adquirir un purificador de aire o un sistema de control ambiental como humidificadores portátiles. Cuando la calidad del aire exterior es particularmente mala, mantén cerradas las ventanas y en las temporadas frías y secas usa un humidificador, que además de ayudar a disminuir las partículas en el aire de influenza. 
  2. Procura una buena iluminación: Tanto para dormir como para trabajar, asegúrate de tener la iluminación correcta. Un hogar o edificio “enfermo” también se ve afectado por la calidad de la luz ya que influye directamente en nuestra salud. Recuerda que la luz azul no es recomendable para dormir, así como una iluminación más apegada a la natural es perfecta para leer o trabajar.
  3. Bloquea el sonido: El silencio es clave para un descanso óptimo o para trabajar mejor. El ruido nocturno se asocia con un aumento de la presión arterial y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares. El ruido blanco de los purificadores de aire y hay otros dispositivos que puede usar para crear un ruido de fondo relajante pueden ayudar a minimizar el exceso de ruido en un espacio. 
  4. Aspira regularmente con filtros HEPA: Las alfombras y los pisos, tanto de una oficina como del hogar son depósito de productos químicos, suciedad y polvo, que se resuspenden continuamente cuando las personas caminan sobre éstos. Una aspiradora con filtro HEPA atrapa las partículas de polvo, polen y otros alérgenos antes de que puedan ser liberadas al aire.
  5. Evita usar antibacteriales: Los químicos antibacteriales como el triclosán y el triclocarban imitan las hormonas del cuerpo y pueden ser dañinas a la salud y pueden contribuir a crear resistencia a las drogas antibacterianas. La verdad es que es tan simple que solo agua y jabón bastan. De hecho, una de las organizaciones de cuidado para la salud líder en Estados Unidos, ha prohibido los jabones antibacteriales y los productos de limpieza.

Ahora ya lo sabes, si sueles estar enfermo de gripa o tener alergias, posiblemente la causante no sea la contaminación de la calle sino el ambiente en tu oficina o casa. Recuerda que entre más naturales sean los productos que usas y tengas una higiene adecuada, se minimizarán los efectos del síndrome del edificio enfermo.