Limpiar y desinfectar: juntos, pero no revueltos
¿Alguna vez has pensado que cuando limpias, estás desinfectando? Aunque esta aseveración tiene algo de verdad, es bueno diferenciar cómo estas palabras se relacionan y sus puntos de diferencia.
Limpiar: Este proceso se refiere a quitar la suciedad de objetos o superficies, es decir, remover impurezas como la tierra, polvo, restos, etc. De manera común se utiliza algún tipo de jabón o detergente para eliminarlos; sin embargo, esto no elimina todos los microorganismos, como gérmenes o bacterias.
Desinfectar: Aquí es donde entra en juego el segundo término; como ves, la relación está en que limpiar es el primer paso para desinfectar algo, pero el segundo paso implica un poco más.
Este procedimiento es más efectivo y consiste en matar por organismos nocivos y evitar su desarrollo. Para lograrlo es necesario usar productos con activos específicos, ya que no se puede usar la misma sustancia en todo. El ejemplo común es el cloro, que no se puede usar en alimentos o en ciertos tipos de ropa.
Para manipular estos productos debes revisar las etiquetas (ya que tienen diferentes químicos), leer las instrucciones de aplicación, utilizar guantes y lavarte después de usarlos.
En estos tiempos, te recomendamos que mantengas todo limpio y desinfectes al menos una vez cada quince días los puntos de mayor contacto en tu hogar.