Salud y Vida

Las bacterias buenas

En el ámbito de la biología, la célula es la unidad más pequeña que puede vivir por sí sola. Las células se clasifican en dos grupos: eucariotas y procariotas. Estas últimas, son propias de los microorganismos, por ejemplo, las baterías. Pero, a nosotros al igual que al resto del reino animal son las células eucariotas las que nos forman. Cuando menciono; “las que nos forman”, es de manera literal, ya que se estima que son entre 10 y 100 billones de células las que contiene un adulto humano.

El hecho de estar compuestos por células eucariotas no significa que las procariotas (microorganismos) no habiten en nuestro organismo. Se calcula que por cada célula eucariota tenemos una procariota. Las células que componen a los microorganismos son de 10 a 100 veces más pequeñas que el resto de las células que nos conforman y, a pesar de ser tan numerosas, el peso bruto de las mismas representa apenas entre 2 y 3kg de nuestro peso total.

La microflora o microbiota es la colectividad de comunidades microbianas que pueblan las superficies mucosas de nuestro cuerpo. El sistema digestivo es el principal hábitat natural de todos estos microorganismos. La evolución nos ha vuelto aliados: humanos y microorganismos necesitamos uno del otro, por ejemplo; los microorganismos nos ayudan a aprovechar mejor los nutrientes que incorporamos por medio de la dieta y nosotros les damos a los microorganismos un medio para vivir y desarrollarse.

Lo anterior habla de simbiosis, que se define como la relación entre dos o más especies vivas que conlleva beneficios para al menos una de ellas, sin que exista perjuicio para ninguna de las otras (1). No olvidemos que al hablar de microorganismos nos estamos refiriendo a bacterias. Si, son bacterias, las mismas que pueden provocar enfermedades. Aunque, lo anterior solo ocurre cuando el equilibrio entre huésped (humanos) y agentes (bacterias) se rompe, a esto se le conoce como disbiosis.

A las bacterias que viven en simbiosis en nuestros intestinos se les conoce como flora bacteriana. La flora bacteriana comienza a formarse inmediatamente después del nacimiento y la lactancia materna parece desempeñar un papel importante en la formación de esta. Al segundo año de vida, se estima que la flora establecida es ya prácticamente definitiva para el resto de nuestra vida (2).

Algunas de las funciones que realiza la flora bacteriana son; participar en el metabolismo de alimentos, ayudar en la formación de ciertos nutrientes como vitamina K y de ácidos grasos de cadena corta, estos últimos son primordiales como fuente energética. Ofrece además protección frente a organismos patógenos (que nos pueden enfermar) y es fundamental para nuestro sistema inmunológico.

Son varios los factores por los que se puede afectar la flora bacteriana, pero la principal causa de disbiosis es por una mala alimentación.

Como te habrás dado cuenta nunca estamos solos, pues tenemos un mundo de bacterias que nos necesitan y nosotros a ellas. Si tienes dudas sobre cómo favorecer tu flora bacteriana visita a tu médico especialista o nutriólogo, él podrá guiarte para hacer una mejor selección en tus alimentos, sugerir complementar con probióticos y sacar el mayor provecho de la simbiosis.

 1.  Hooper LV, Gordon GI. Commensal host-bacterial relationships in the gut. Science, 292 (2001), pp. 1115-8 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11352068/

2 Labeta MO, Vidal K, Nores JE, Arias M, Vita N, Morgan BP, et al. Innate recognition of bacteria in human milk is mediated by a milk-derived highly expressed pattern recognition receptor, soluble CD14. J Exp Med, 191 (2000), pp. 1807-12 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10811873/

Por Dr. Alberto Molás, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife Nutrition

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