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Estrés parental y su efecto en la salud mental, el desarrollo de los hijos y la dinámica familiar

Entre muchos de los cambios que la pandemia por Covid 19 vino a traer al estilo de vida de la población mundial, destaca el hecho de que padres, madres e hijos, se vieron forzados a permanecer encerrados y trabajar y estudiar desde casa, lo que incrementó la convivencia y los casos de estrés crónico parental o burnout parental, que se trata de una reacción fisiológica que padece quien ha estado sometido a un estrés muy intenso por un tiempo prolongado.

Los datos sobre la presión en los padres son reveladores: la Asociación Americana de Psicología (APA) ha revelado que el 46% de los padres con hijos menores de 18 años padece un alto nivel de estrés, en comparación con el 28% de los adultos sin hijos.

“Los padres y madres llegan a padecer el burnout al llevar una gran carga de responsabilidad en diversos ámbitos, como la crianza de los niños, las actividades domésticas y el trabajo remunerado. También suman los problemas económicos y laborales, de pareja, de comportamiento de los niños y bajas habilidades emocionales”, explica Moïra Mikolajczak, profesora de Psicología Médica y de Salud en la Universidad de Lovaina, Bélgica, y presente en el World Parenting Forum, a realizarse el 9 y 10 de octubre de forma virtual, quien nos comparte a continuación, los síntomas del padecimiento.

Efectos en la salud y causas

Los signos más comunes que presentan los padres y madres que padecen burnout parental son: agotamiento abrumador, desapego emocional de los hijos, pérdida de eficacia y placer en el papel de padres, pensamientos de fuga, y un cambio marcado hacia el comportamiento que tienen con sus hijos, de acuerdo con la profesora de Psicología Médica. Algunos otros síntomas son:

  • Dolores de cabeza intensos
  • Dolores articulares y musculares.
  • Trastornos gastrointestinales.
  • Insomnio y cansancio
  • Aislamiento y sensación de soledad.
  • Depresión y ansiedad
  • Problemas de concentración

“Los padres que sufren de agotamiento no se queman de la noche a la mañana, la fatiga y el aumento de la irritabilidad son indicadores tempranos del burnout”, asegura Moïra Mikolajczak. “Las personas con agotamiento a menudo luchan por encontrar una solución viable a sus problemas y pueden terminar deseando desesperadamente escapar de sus circunstancias. Este es uno de los problemas específicos del burnout paterno: no es tan fácil dejar el trabajo”, indica la investigadora, quien brindará estrategias contra el estrés parental durante su participación en el World Parenting Forum.

Por lo general, los padres se sienten tan agotados que el simple hecho de pensar en lo que deben hacer por sus hijos les resulta agotador, no tienen energía, y no quieren despertarse por las mañanas, resultando el sueño normal como insuficiente para reponerse y generando sus responsabilidades un intenso desgaste emocional, físico y mental. Entre algunas de las causas actuales que llevan a esto, están:

  • La pandemia por Covid 19 y el encierro de los miembros de la familia.
  • El teletrabajo y las clases semi-presenciales de los niños.
  • Falta de convivencia exterior con amigos y familiares.
  • Exigencias profesionales y económicas del día a día.
  • Falta de tiempo para realizar actividades personales de esparcimiento.

De acuerdo con un estudio de Moïra Mikolajczak y su equipo, las mujeres son dos veces más propensas a padecer episodios de burnout parental. Una de las razones, se debe a los roles de género, en los que las mujeres además de sus actividades profesionales, son más responsables socialmente de la crianza y el cuidado de los hijos. Dentro del mismo estudio con mil 300 padres belgas, se descubrió que un tercio padeció un empeoramiento de sus síntomas y se sintieron mucho más exhaustos tras el encierro por la pandemia.

Consecuencias en la dinámica familiar

“Es fundamental no subestimar el burnout parental porque puede derivar en casos de negligencia o violencia”, advierte la profesora Mikoljczak. De manera que, al encontrarse al límite de sus esfuerzos, los padres y madres pueden perder la paciencia de forma mucho más rápida ante comportamientos rebeldes y desobedientes de los más pequeños, alterando la dinámica familiar y el desarrollo de los pequeños.

En este caso, hay dos respuestas probables de los niños ante las circunstancias de los padres, en la primera, el niño se sentirá decaído, triste e incluso responsable de la situación de sus padres, volviéndose también apático y distante. En el segundo caso probable, los niños redoblarán los berrinches y ayudarán a cimentar un círculo vicioso en el que padres y madres volverán a intentar disciplinarlos sin mucho éxito, causando más estrés y más berrinches.

Esto no sólo vuelve tenso el ambiente familiar, al aumentar los casos de agresiones físicas y gritos, de acuerdo a la investigadora, sino que cancela y pospone los espacios de sana convivencia y diálogo al necesitar urgentemente un respiro de las relaciones familiares. Sin embargo, las investigaciones de Mikoljczak nos dan una idea sobre cómo prevenir los casos de agotamiento parental.

¿Cómo prevenirlo?

Para evitar el estrés parental se recomienda a los padres que dejen de tratar de ser perfectos y tengan un sistema de apoyo. Hay tareas del hogar que se pueden posponer y se puede utilizar ese tiempo para descansar y relajarse.

La Dra. Moïra Mikolajczak aconseja a la pareja intercambiar deberes cuando sea posible, tomar turnos para determinadas actividades y no agobiarse así mismos con innumerables tareas para los pequeños, más bien bajar el ritmo y exponer las inconformidades cuando sea necesario.

Además, los padres pueden buscar ayuda, construir redes de apoyo, y platicar con personas que estén pasando por lo mismo, así como con profesionales, a fin de que se desahoguen y encuentren tiempo para convivir con otras personas, aún si estas conversaciones deben ser en línea.

Por último, todos los que cohabitan en un mismo espacio deberán establecer rutinas diarias para realizar las labores cotidianas, esto reducirá la carga de los padres, quienes con una vida más balanceada pueden disfrutar más del trabajo, de sus hijos y del hogar. “Nuestros resultados de investigación exigen el desarrollo de intervenciones específicas para ayudarlos a ellos y a sus hijos a afrontar mejor estas situaciones de extrema vulnerabilidad, muchas veces reforzadas por sentimientos de culpa, vergüenza y soledad”, culmina la experta Moïra Mikolajczak, quien brindará mayor información respecto al tema durante su intervención en el World Parenting Forum.