Enfermedades más comunes del verano

El verano, con su clima cálido y actividades al aire libre, también trae consigo riesgos para la salud. Las enfermedades más comunes del verano aparecen con mayor frecuencia debido a la exposición al sol, el agua contaminada y los insectos. Reconocer estos problemas y tomar medidas preventivas es esencial para disfrutar de la temporada de forma saludable y segura. A continuación, se describen las afecciones más frecuentes y las mejores formas de prevenirlas.

Gastroenteritis, una de las enfermedades más comunes del verano, generalmente es causada por bacterias, virus o parásitos presentes en alimentos en mal estado o agua contaminada. Los síntomas incluyen diarrea, vómitos, fiebre y dolor abdominal. La deshidratación, que puede ser severa, es una complicación frecuente y requiere atención rápida. Para evitarla, se recomienda mantener una higiene estricta en la preparación de alimentos y consumir líquidos en cantidad suficiente.

Las infecciones transmitidas por picaduras de insectos, como el dengue, zika o chikungunya, constituyen otra categoría importante dentro de las enfermedades más comunes del verano. Los mosquitos proliferan en ambientes con agua estancada o en lugares con poca ventilación. Para prevenir estas infecciones, se deben seguir acciones como:

  • Eliminar criaderos de mosquitos.
  • Usar repelentes de insectos.
  • Colocar mosquiteros en puertas y ventanas.
  • Vestir ropa de manga larga y colores claros.

El riesgo de quemaduras solares aumenta considerablemente en verano. La exposición excesiva al sol puede provocar quemaduras, que en casos severos, se acompañan de molestias y riesgo de infecciones en la piel. Para prevenirlo, es importante usar protector solar de amplio espectro, buscar sombra en las horas pico y vestir ropa adecuada que proteja la piel.

Las infecciones respiratorias también son frecuentes en la temporada, principalmente por cambios bruscos de temperatura y la sobrepoblación en espacios cerrados. Los síntomas principales son congestión, dolor de garganta, fiebre y malestar general. Para reducir el riesgo, se recomienda mantener una buena ventilación en los espacios y practicar una higiene personal adecuada, como el lavado frecuente de manos.

Cuidarse durante el verano requiere un enfoque integral, que incluya higiene, protección solar, cuidado del agua y control de criaderos de insectos. Entre las acciones preventivas más efectivas se encuentran la higiene de alimentos, la eliminación de agua estancada y el uso regular de repelentes. La prevención de las enfermedades más comunes del verano no solo ayuda a evitar molestias, sino también evita complicaciones mayores y garantiza un verano saludable y lleno de actividades placenteras.

La clave está en la información y en aplicar hábitos simples pero efectivos que resguarden la salud durante los meses de calor. La conciencia de los signos tempranos de estas enfermedades también favorece una atención oportuna, disminuyendo riesgos y promoviendo una recuperación rápida y efectiva.