Día mundial del sueño. Dormir bien es fundamental para el desarrollo integral de los colaboradores
¿Sabías que existe el día mundial del sueño?
La Asociación Mundial de la Medicina del Sueño (WASM por sus siglas en inglés) decretó el Día Mundial del Sueño, el cual se celebra anualmente el viernes anterior al equinoccio de primavera, y tiene como objetivo prevenir y manejar los trastornos del sueño, así como promover los beneficios para la salud y bienestar personal.
En esta ocasión será el viernes 18 de marzo y como cada año, se selecciona un tema central y en 2002 el lema será “Sueño de calidad, mente sana, mundo feliz”;con ello, se pretende destacar los beneficios de un sueño de calidad para mantener una salud física, mental y emocional óptima. El sueño un proceso biológico fundamental que permite al organismo recuperarse del estrés del día y con ello, poder procesar información nueva, regenerar las células de los órganos y sentirse descansando.
Especialistas afirman que un adulto necesita entre 7 y 8 horas de sueño de buena calidad en un horario uniforme todos los días; sin embargo, de acuerdo con datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (2020), el 40% de la población duerme mal, lo cual desencadena afectaciones en diversos ámbitos de la vida, siendo uno de ellos el área laboral.
“Cuando no dormimos bien, no estamos equilibrados durante el día, nuestro organismo no reacciona de manera adecuada ante las situaciones que se nos presentan; lo cual puede ser peligroso; porque pude ir desde cansancio con falta de concentración, hasta provocar algún accidente al manejar maquinaria”, afirma Irasema González, presidenta de la Asociación Nacional de Bienestar y Desarrollo Organizacional A.C. (ASCEND)
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce 88 tipos distintos de trastornos del sueño, pero el insomnio es el más frecuente. El insomnio crónico afecta al 8-10% de la población adulta, y el insomnio transitorio lo sufren alrededor del 40% de la población de cualquier país occidental. Los problemas más frecuentes son:
- Apnea: patrones anormales en la respiración, interrumpiendo el sueño profundo
- Insomnio: dificultad para conciliar el sueño
- Narcolepsia: somnolencia extrema o trastorno crónico del sueño durante todo el día.
- Síndrome de piernas inquietas o enfermedad de Willos-Ekbom: impulso por movilidad las piernas al tratar de dormir, así como sensación de hormigueo, ardor y comezón.
Los trastornos de sueño tienen como consecuencia alteraciones tanto físicas como cognitivas y emocionales, que van desde cambios de humor, hasta el desarrollo de trastornos del sistema nervioso, endocrinólogo e inmunológico que pueden generar enfermedades degenerativas (diabetes, obesidad, infartos, entre otros) pasando por ansiedad, depresión, deterioro de la esfera cognitiva, falta de concentración; en general una disminución de la calidad de vida.
“Cuando una persona no descansa lo suficiente, su rendimiento laboral se ve directamente afectado; pues su estado mental no le permite concentrarse en las labores que debe realizar, tiene cambios de humor que afectan el clima laboral y provoca insatisfacción en el puesto de trabajo, por ello, las organizaciones deben procurar que sus colaboradores tengan buenos hábitos de dormir, a través de campañas de educación y formación al respecto”. Aseguró Irasema González.
A pesar de que no existen muchos estudios que plasmen como afectan los trastornos del sueño en la productividad, se ha demostrado que estos pueden ser la causa de enfermedades, baja productividad y accidentes laborales, que se traduce en ausentismos y pérdidas para las empresas.
Generar mejores hábitos de sueño debe ser parte de la estrategia de bienestar integral para los trabajadores, para ello, la Asociación Nacional de Bienestar y Desarrollo Organizacional A.C. (ASCEND) ofrece algunos consejos para que las empresas integren campañas de concientización en el marco del Día Mundial del Sueño.
- Conocer el estatus de bienestar de los colaboradores: realiza un diagnóstico para identificar aquellas personas que pueden tener baja productividad como consecuencia a trastornos del sueño.
- Procurar atención médica personalizada a quienes requieran.
- Promover campañas de educación con consejos profesionales para mejorar los hábitos de sueño como: cenar dos horas antes de ir a la cama, evitar el uso de pantallas antes de dormir, contar con la temperatura adecuada de la habitación, regular los horarios para dormir y despertar entre otros.
- Respetar los horarios y cargas de trabajo para evitar que los colaboradores lleven trabajo a casa o no descansen por la cantidad de labores pendientes.
- Evitar el síndrome de Burnout (trabajador quemado)
- Integrar programas de relajación durante la jornada de trabajo como mindfulness