Casa de la Amistad depende de voluntariado y donantes

El compromiso de Casa de la Amistad con las niñas, niños y jóvenes de escasos recursos con cáncer es una labor que no sería posible sin el apoyo de su comunidad. La institución, que opera como una organización privada sin fines de lucro, se sustenta en la solidaridad de 93 personas voluntarias y más de 3,000 donantes, tanto personas físicas como empresas. Gracias a su colaboración constante, la institución puede ofrecer atención médica integral que marca la diferencia en la vida de quienes enfrentan esta enfermedad.

Uno de los aspectos más destacados de Casa de la Amistad es el volumen de tratamientos y servicios que ofrece cada año, todos ellos gracias a los apoyos económicos y humanos que recibe. Desde medicamentos, terapias emocionales hasta la formación educativa, cada niña, niño y joven recibe la atención que necesita durante un período de entre tres y cinco años, con un costo estimado de entre 150,000 y 400,000 pesos por tratamiento. La importancia de contar con un sistema de donaciones solidario se refleja en las cifras, ya que en el último año se surtieron alrededor de 8,962 recetas y se realizaron más de 2,000 estudios especializados para precisar el diagnóstico en cada caso.

La labor de Casa de la Amistad también implica sensibilizar a la sociedad acerca de la importancia de detectar a tiempo los síntomas del cáncer infantil. La detección temprana puede salvar vidas, y la institución invita a quienes puedan apoyar, ya sea como voluntarios o donantes, a sumarse a esta causa fundamental. Sin su apoyo, la institución no podría mantener sus programas de atención y prevención, que en promedio benefician a más de 1,200 niños y jóvenes cada año.

El trabajo en conjunto con médicos, terapeutas y profesores es otra pieza clave para que Casa de la Amistad pueda ofrecer una atención integral. La colaboración de estos profesionales, además del respaldo económico de donantes, impulsa la misión de reducir la mortalidad infantil por esta enfermedad y mejorar la calidad de vida de sus pacientes. La confianza y participación de la comunidad son esenciales para mantener y ampliar los programas, garantizando que ningún niño quede sin atención médica adecuada.

Para quienes desean apoyar, Casa de la Amistad ofrece distintas formas de participación, desde donaciones en especie hasta aportaciones económicas o voluntariado, que permite involucrarse directamente en las actividades diarias de la organización. La suma de esfuerzos de todos puede hacer una gran diferencia en la esperanza de vida y bienestar de muchos infantes. La institución invita a la sociedad a solidarizarse y ser parte del cambio que tanto necesita.

La historia y el trabajo constante de Casa de la Amistad demuestran que, con el compromiso de la comunidad, es posible transformar vidas y ofrecer un futuro más esperanzador a quienes enfrentan el cáncer infantil. Cada apoyo, por mínimo que parezca, contribuye a sostener esta labor humanitaria que salva vidas cada día.