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Bienestar emocional y cuarentena no tienen por qué ser opuestos

Recientemente, la Secretaría de Salud  indicó que en México los casos de ansiedad han aumentado hasta en un 75 por ciento, siendo la población entre los 15 y 64 años de edad los más afectados por este y otros trastornos de la salud mental. Y es que, por estos días, el miedo y la incertidumbre que ha suscitado el brote de coronavirus (covid-19) están incidiendo en el bienestar emocional de los mexicanos, especialmente en niños y adultos mayores, a consecuencia del distanciamiento social  que la población se ha visto obligada a hacer.

En un estado de emergencia sanitaria como el que está viviendo gran parte de las personas alrededor del mundo, donde cada día se incrementa el número de contagios de este virus y el periodo de confinamiento en casa parece interminable, es normal que la incertidumbre y el miedo empiecen a ser recurrentes, especialmente cuando no se tienen certezas del fin de la pandemia y se está expuesto a información falsa en torno a ésta.

“Ante esta situación, van a aparecer reacciones de ansiedad que -a niveles aceptables- están dentro de la normalidad y racionalidad dado que el brote de coronavirus a nivel mundial es un tema preocupante. No obstante, las personas pueden manifestar emociones intensas que pueden afectar a nivel físico y psicológico; entre éstas se encuentra un permanente estado de alerta, que puede llevar a somatizar sensaciones físicas e interpretarlas erróneamente como síntomas de covid-19, por ejemplo”, afirma la doctora Paloma Rasal Cantó, profesora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

A su vez, cabe la posibilidad de que los sentimientos de ansiedad se incrementen por pensamientos de peligro inminente relacionados con el covid-19; no sólo por sus efectos en la salud, sino también por sus consecuencias en el ámbito laboral, social y en la economía.

En el caso de sentirse desbordado a nivel psicológico por esta situación, es altamente recomendable contactar con profesionales de la psicología. Cabe resaltar que muchos de estos expertos ofrecen la posibilidad de realizar la consulta a través de medios ‘online’; de hecho, además de que muchos psicólogos ya ofrecían terapia ‘online’ antes de la coyuntura por el coronavirus y cada vez son más los profesionales de otras áreas que ofrecen esta modalidad a sus clientes, incluida la medicina.

Una mirada introspectiva, la clave

Entender cómo nos sentimos en cada momento es fundamental para protegerse del estrés y mantener el bienestar emocional. La recomendación de los expertos para hacerle frente a estos sentimientos negativos consiste en saber escuchar y normalizar las emociones.

“La presencia de pensamientos de tipo catastrófico o preocupaciones recurrentes sobre diferentes temas (la salud, el trabajo, entre otros) pueden ser habituales. En esos casos, es conveniente identificar y controlar cada uno de estos: hay que aprender a detenerlos en el momento mismo en el que surgen, e intentar reconducirlos o llevarlos a la realidad -en el presente- donde la situación con toda probabilidad es menos trágica de lo que aparenta ser cuando nace en la mente”, afirma la doctora Arantxa Duque Moreno, directora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

A medida que pasan los días y el periodo de confinamiento se prolonga, aquellos sentimientos de indefensión pueden ir en aumento y dar paso a otras emociones, como soledad (entre quienes viven solos), apatía o tristeza.

¿La buena noticia? De acuerdo con la directora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), “la mayoría de las personas van a remontar esta situación por sí solas. La clave está en la aceptación de lo que nos está pasando”.

En la misma línea, nunca está de más ver las cosas por el lado amable y sacarle provecho a lo negativo: hay que recordar que en las crisis están las oportunidades. Así, el aislamiento social no solo cambiará los hábitos de higiene de las personas, sino que va a influir en la forma en que se valorarán experiencias como salir con amigos, ir al cine o, simplemente, salir a pasear y otros pequeños placeres que hoy no podemos permitirnos.

¿Estrés? Planifique una rutina

Elaborar una rutina diaria (con horarios, tareas y participantes implicados) es una de las mejores formas de prevenir el estrés y mantener el bienestar emocional. Esta también debe contemplar los fines de semana y días festivos. También es importante mantener, en la medida de lo posible, nuestros hábitos cotidianos (higiene, trabajo, ocio, etcétera) y adaptarlos a la situación actual.

“En la planificación de actividades de ocio, debemos diversificar y evitar que todas las actividades programadas sean del mismo tipo (cognitivo o físico). Por ejemplo, no estar todo el día en el sofá leyendo, viendo series de televisión, leyendo o jugando videojuegos. En su lugar, se deben combinar en una misma jornada actividades que mantengan activa la mente y el cuerpo. Leer y bailar; escuchar música y hacer ejercicio; jugar a las cartas y caminar en la casa, son algunos ejemplos”, enfatiza la doctora Paula Martínez López, profesora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).

Además, es importante que el cuerpo se mantenga activo y el deporte es la mejor manera de hacerlo. Por tanto, la rutina diaria debe contemplar ejercicios que se puedan realizar en casa y que, al mismo tiempo, estén adaptados a la edad de cada miembro de la familia.

De igual manera, se ha comprobado que la exposición prolongada a información de carácter negativo genera sentimientos de malestar emocional -angustia, miedo e indefensión- en las personas. Por ello, se debe evitar la sobreexposición a aquellas noticias de tinte catastrófico que inundan las redes sociales. Acuda únicamente a fuentes informativas confiables y cuyo contenido le permita conocer más acerca de los factores de riesgo del covid-19 y su prevención.

Niños y adultos mayores, cuidados especiales

La clave para que el aislamiento social sea más llevadero si hay niños en casa es la creatividad y las actividades nuevas. Resulta muy conveniente hablar con niños sobre lo que está sucediendo, resolver sus dudas y conocer sus emociones respecto al coronavirus y así aclararles todo lo que les pueda perturbar.

“Lo más importante es corregir la información equivocada, informarles sobre los síntomas frecuentes y, sobre todo, transmitir calma y seguridad. De esta manera van a entender la situación sin dramatizar”, asevera la doctora Paula Martínez López.

No hay que olvidar las rutinas pues son esenciales en la población infantil y no se deben perder, especialmente aquellas que ayudan a organizar momentos del día como son la hora de levantarse y acostarse, la hora de las diferentes comidas, la hora de hacer tareas escolares o la hora de jugar.

Por su parte, la gente mayor que vive sola es una población en riesgo. Además del alto riesgo a su salud que significa el coronavirus, son más vulnerables al desarrollo de cuadros emocionales.

“La disminución drástica de las actividades fuera de casa, la baja estimulación sensorial derivada del propio aislamiento y un evidente descenso de las relaciones sociales son algunos de los factores que contribuyen a ello”, indica la directora del Grado en Psicología de la Universidad Internacional de Valencia (VIU).