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Belleza ingerible: nuevo estudio investiga los efectos de comer almendras diariamente en arrugas faciales y pigmentación de la piel

Investigación muestra reducción en las medidas de severidad en arrugas y una mejora en la intensidad de la pigmentación de la piel en mujeres postmenopáusicas con tipos de piel Fitzpatrick I-II que comían almendras como un snack diario.

Una nueva investigación sugiere que puede haber más de una razón para agregar almendras a tu rutina diaria del cuidado de la piel. Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Davis1 descubrió que comer almendras a diario un snack diario de almendras en vez de otros snacks del mismo contenido calórico mejoraba las medidas tanto de la severidad de las arrugas como de la pigmentación de la piel en mujeres postmenopáusicas. El estudio fue financiado por el Almond Board of California y confirma y expande los hallazgos de un estudio realizado en el 2019.2

En este estudio controlado, aleatorizado, con duración de 6 meses, participaron 49 mujeres posmenopáusicas saludables con tipo de piel 1 o 2 en la escala de Fitzpatrick (caracterizada por una mayor tendencia a quemarse con la exposición solar) completaron el estudio. Las participantes fueron asignadas aleatoriamente a uno de dos grupos. Uno: en el grupo de intervención, las mujeres comieron almendras como snack, lo que representó 20% de su consumo calórico diario total, o 340 calorías por día en promedio (alrededor de 60 gramos). Dos: en el grupo de control, las mujeres comieron un snack, que también representó 20% de sus calorías (una barra de higos, una barra de granola o pretzels); además de estos snacks, las participantes comieron dietas regulares sin agregar nueces o productos que las contuvieran.

Las evaluaciones dermatológicas se realizaron el inicio del estudio, en la semana 8, en la semana 16 y en la semana 24. En cada una de estas visitas, se evaluaron arrugas faciales e intensidad de pigmentación del rostro mediante el uso de imagen facial de alta resolución, así como modelado y medición facial en 3D. La hidratación de la piel, la pérdida de agua transepidérmica (PATE) y la secreción de sebo también se evaluaron.

Los investigadores hallaron una reducción estadísticamente significativa en la severidad de las arrugas en el grupo que consumió almendras: a las 16 semanas, hubo una reducción del 15% y a las 24 semanas, una reducción del 16%.

También hubo una disminución estadísticamente significativa en la intensidad general de la pigmentación facial (desigualdad en el tono de la piel) en el grupo de almendras. Hubo una reducción del 20% en la semana 16 que se mantuvo así en la semana 24. Además, el peso corporal permaneció constante tanto para el grupo de almendras como para el grupo control desde el inicio hasta las 24 semanas.

“El consumo diario de almendras puede ser un medio eficaz para mejorar la apariencia de las arrugas faciales y el tono de la piel (indicado por la disminución de la intensidad de la pigmentación) entre mujeres postmenopáusicas con tipos de piel Fitzpatrick I y II. Los consumidores describen este efecto de menor pigmentación como tener un tono de piel más homogéneo” según el Dr. Raja Sivamani, dermatólogo e investigador líder de este estudio.

La pérdida de agua transepidérmica, la hidratación dermatológica y la secreción de sebo se midieron en la frente y las mejillas en ambos grupos durante el estudio:

· No hubo cambios en la pérdida de agua transepidérmica en ningún momento entre los grupos de almendras y de control.

· Al final del estudio, hubo incrementos en la hidratación de la piel entre ambos grupos.

· Cuando se analizó la tasa de secreción de sebo, ambos grupos mostraron un aumento significativo en las mejillas, pero solo aquellas en el grupo del control mostraron un incremento en el área de la frente.

“Nuestros hallazgos hacen énfasis en la necesidad de considerar las almendras como un alimento integral con múltiples componentes nutritivos que incluyen alfa-tocoferol (vitamina E) y grasas insaturadas (buenas), en lugar de sobresimplificar los beneficios potenciales debido a un solo nutriente. Las almendras tienen un alto contenido de alfa-tocoferol, que tiene funciones antioxidantes y pueden ser parcialmente responsables de los efectos que vemos tanto en las arrugas como en el tono de la piel de las mujeres postmenopáusicas”, finalizó el Dra. Sivamani.

Entre las limitantes del estudio se encuentran su duración de 24 semanas; los resultados no consideran los efectos potenciales del consumo de almendras a un plazo más largo. Asimismo, las participantes del estudio fueron mujeres posmenopáusicas con tipos de piel I y II en la escala de Fitzpatrick (que se caracteriza por tender a quemarse con la exposición solar). Se recomiendan nuevos estudios para investigar el impacto que tiene el consumo de almendras en otras poblaciones. Por último, aunque los snacks de ambos grupos tenían la misma cantidad de calorías, no tenían la misma cantidad de macronutrientes.

Estudio de un vistazo:

El estudio: Mujeres postmenopáusicas saludables con tipo de piel I (siempre se quema, nunca se broncea) y II (por lo general se quema, se broncea mínimamente) en la escala de Fitzpatrick fueron asignadas aleatoriamente ya fuera a un grupo de intervención o un grupo de control. El grupo de intervención comió almendras, lo que representó 20% de su consumo calórico diario total (340 calorías por día en promedio), alrededor de 60 gramos por porción. El grupo de control comió un snack que no contenía nueces (una barra de higos, una barra de granola o pretzels). Se pidió a todas las participantes que no consumieran nueces durante el estudio (excepto a las personas del grupo de intervención) y que siguieran su consumo energético diario habitual. De 56 participantes que iniciaron el estudio, 49 mujeres lo completaron.

Se realizaron evaluaciones dermatológicas al inicio del estudio, a la semana 8, a la semana 16 y a la semana 24. Dichas evaluaciones incluyeron medición de arrugas faciales, pigmentación de la piel, pérdida de agua transepidérmica, hidratación de la piel y producción de sebo. 49 mujeres completaron el estudio.

Resultados:

· El análisis de imágenes fotográficas mostró que el grupo que comió almendras presentó reducciones significativas en la severidad de las almendras, en un 15% a la semana 16 y en un 16% a la semana 24, en comparación con el grupo de control (P<0.05).

· La intensidad promedio de pigmentación facial disminuyó 20% a la semana 16 en el grupo que comió almendras y permaneció igual en un 20% a la semana 24. No hubo mejora en la intensidad de pigmentación facial en el grupo de control.

· No hubo cambios en la pérdida de agua transepidérmica en ningún momento en ninguno de los dos grupos.

· Al final del estudio, hubo incrementos en la hidratación de la piel en las mejillas y la frente entre ambos grupos, en comparación con el inicio del estudio.

· Ambos grupos mostraron un aumento significativo en la producción de sebo en las mejillas, pero solo aquellas en el grupo de control mostraron un aumento significativo en la tasa de secreción de sebo en la frente, con un aumento del 45% y del 155% a las semanas 16 y 24, respectivamente (p<0.05).

· El peso corporal permaneció constante para los participantes tanto en el grupo de almendras como en el grupo de control desde el inicio hasta las 24 semanas.

Limitantes del estudio: Debido a que el estudio se limitó a 24 semanas, los resultados no brindan una visión a un plazo más largo ni de los efectos de comer almendras. Asimismo, las participantes del estudio eran mujeres postmenopáusicas con tipos de piel sensibles al sol tipo I y II en la escala de Fitzpatrick, por lo que los resultados no se pueden generalizar para poblaciones de mujeres más jóvenes, hombres o personas con tipo de piel con niveles más altos en la escala de Fitzpatrick. Y, a pesar de que los snacks en ambos grupos tenían las mismas calorías, no tenían la misma cantidad de macronutrientes.

Conclusión: Los resultados de este estudio sugieren que el consumo diario de almendras podría ser un contribuidor alimenticio efectivo para mejorar las arrugas faciales y reducir la pigmentación de la piel entre mujeres postmenopáusicas con tipos de piel I y II en la escala de Fitzpatrick. Nuevos estudios deberían expandir la población de estudio con participantes que sean más jóvenes y que tengan tipos de piel con niveles más altos en la escala de Fitzpatrick.

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